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Tres setas y dos padrinos: así será la primera superárea infantil inclusiva de Barcelona

Toldos, toboganes de rodillos y un pentacolumpio llegan a los parques infantiles de Barcelona

El año que viene abrirán las 10 zonas de juego 100% accesibles en diferentes plazas de la ciudad

Render de la superárea de juego infantil en los jardines de Màlaga (Barcelona)

Render de la superárea de juego infantil en los jardines de Màlaga (Barcelona) / Ayuntamiento de Barcelona

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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Los juegos infantiles de Barcelona están de reforma. Material y sobre todo conceptual. Si el pasado mandato la mayor novedad fueron las ‘superáreas’ singulares, como el pulpo de la Pegaso o la ballena de Nou Barris, la siguiente generación de zonas infantiles dan un giro hacia la accesibilidad. Los juegos inclusivos son una reivindicación emergente entre las familias y asociaciones dedicadas a la infancia discapacitada, que en los últimos años han cuestionado las instalaciones que los fabricantes comercializan como “accesibles”.

Las entidades del sector, organizadas en la Xarxa d’Accessibilitat i Vida Independent (XAVI), consensuaron en un documento cómo deben ser las áreas de juego para que cualquier niño las disfrute. El Ayuntamiento ha casado las recomendaciones con las normativas municipales y ha buscado un padrino para cada nueva zona de juegos: una escuela de educación especial cercana, fundaciones especializadas como ASPASIM, ASPACE o Nexe… El resultado son 10 zonas infantiles accesibles que se estrenarán en 2024 en diferentes barrios de la ciudad.

EL PERIÓDICO ha tenido acceso a los diseños definitivos de estos nuevos juegos, que se anunciaron en septiembre. Uno tendrá rango de superárea y estará en la frontera de Sants, les Corts y el Eixample. Todos ellos serán 100% accesibles, es decir, que ofrecerán una experiencia de juego universal. Y sombra en verano, una demanda transversal de los usuarios.

“Solo 21 de las 900 áreas de juego que tiene Barcelona eran totalmente accesibles, y eso que la normativa solo exige que lo sean uno de cada 5 elementos”, asume la teniente de alcaldía Janet Sanz. “La mirada de accesibilidad es un cambio de paradigma, podrá verse en estas 10 primeras áreas 100% accesibles”, defiende.

Los proyectos ejecutivos –las instrucciones técnicas para la construcción– se licitarán antes que acabe el mandato y las obras saldrían a concurso a principios de 2024, prevé Sanz, para que finalicen el mismo año. Además de estas 10 áreas, se encadenarán una cuarentena de renovaciones de pequeños espacios de barrio en las que, como mínimo, será inclusiva la atracción principal. Entre unas y otras, estima que en 2024 ya serán 78 las áreas inclusivas.

La definición barcelonesa de accesibilidad

Ariadna Miquel y Pol Font son los técnicos municipales que lideran el programa Ciutat Jugable. Explican que, a diferencia de Madrid, la capital catalana no ha querido definir la accesibilidad como medidas obligatorias –tal anchura para el tobogán y tal otra para el columpio– sino como la democratización de las 13 actividades lúdicas más comunes: saltar, balancearse, hacer equilibrios, sentir vértigo, interpretar roles, esconderse, rodar, correr… Es decir, en vez de un columpio para todos, garantizar que todos puedan columpiarse de un modo u otro.

“Si todos todos todos los elementos son accesibles, es difícil mantener la sensación de reto y perdería atractivo para la mayoría”, apunta ella. “Las familias con niños discapacitados no quieren áreas guetto, quieren inclusión”, remacha él. Tanto los padrinos como el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad han avalado esta estrategia, que en cada zona infantil se concreta de forma distinta.

Las tres setas de Málaga                                                                                   

La primera superárea de la nueva etapa estará en los jardines de Málaga, un interior de manzana situado entre las calles Numància, Nicaragua y Robrenyo, a poca distancia de la Estación de Sants. La afluencia infantil está garantizada, porque a cuatro pasos se encuentra un gran centro pediátrico de Sant Joan de Déu. No obstante, aspira a atraer vecinos de cualquier distrito con una oferta suficiente para llenar varias horas de diversión.

El diseño final de los jardines de Málaga –tras el asesoramiento de los padrinos CEE Paideia y ASPACE– deconstruye la idea original de crear tres setas con escaleras interiores y muchos recovecos. Más que tres setas reconocibles –que nadie ver un níscalo–, habrá tres círculos de juego de diferente altura y dificultad progresiva, para que puedan disfrutarse a distintas edades y con capacidades variadas.

La seta grande sustituye finalmente la escalera interior por unas lonas helicoidales que se pueden reptar y a las que pueden subir solos niños en silla de rueda que tengan tono muscular en el tronco superior. Tiene tres pisos y en cada ‘rellano’ hay actividades y un tobogán para que pueda salir quien se agobie o se canse. La seta mediana cuenta con una escalera sin huecos entre peldaños y con doble pasamanos, la mejor opción para quién sufra espina bífida o simplemente con un pie escayolado. La diversión está asegurada arriba con los equilibrios sobre superficies inestables, una red y un tobogán. Finalmente la seta pequeña está a nivel del suelo y ofrece camas elásticas y juegos de experimentación.

Alrededor habrá columpios, un balancín apto para sillas de ruedas, un banco de arena con excavadoras y un tobogán de rodillos inédito en Barcelona, entre otras atracciones. La sombra la procurará una arboleda nueva. Y en verano habrá juegos de agua. Una barrera de vegetación en el lateral de Nicaragua reducirá los sustos con el tráfico. También habrá un chiringuito, prestación muy apreciada por familias estresadas de todo tipo. El bar permite tener un lavabo con cambiador inclusivo, una de las demandas más reiteradas por las entidades de discapacitados. 

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