En la Gran Via

Barcelona ganará un paseo de 21 metros de ancho sobre el túnel de Glòries en 2026

La nueva rambla en el tramo liberado al tráfico se construirá a partir de 2024 y se prevé que culmine en unos dos años

Recreación del futuro paseo para peatones en la Gran Via, en Barcelona.

Recreación del futuro paseo para peatones en la Gran Via, en Barcelona. / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Jordi Ribalaygue

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Barcelona desplegará un nuevo paseo sobre el túnel de Glòries que, si nada se tuerce, empezará a cimentarse en 2024 y debería estar acabado del todo hacia la primavera de 2026, una vez que culminen las obras de punta a punta en los 50 metros del tramo liberado de tráfico de la Gran Via, entre las calles Badajoz y Bilbao. La apertura del paso subterráneo tras siete años de obras para absorber unos 17.000 vehículos que inundaban ocho carriles en superficie se completará con la construcción de una rambla de 21 metros de anchura, carriles bici segregados en ambos sentidos y una vía para la circulación de autobuses, además de los raíles ya existentes del tranvía. Aún no hace dos años que ocho carriles de circulación ocupaban la avenida.

"Queremos una rambla verde que simbolice lo mismo que el parque de Glòries, algo que podía parecer utópico hace unos años, pero que se está materializando. Responde a la misma lógica de la transformación de Glòries, con un 40% menos de contaminación y 19 decibelios menos de ruido”, enfatiza la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz. El Ayuntamiento de Barcelona se compromete a adjudicar las obras antes de las elecciones municipales y vislumbra que los trabajos comiencen en el primer trimestre de 2024.

La primera fase de las obras debería durar un año, por lo que tendría que concluir hacia principios de 2025. Se calcula un coste de 11,54 millones de euros para el consistorio.

Remodelación en dos fases

En primer término, se reformará el lado montaña de la Gran Via. El segundo turno corresponde a la franja por donde transita el tranvía, donde el ayuntamiento debe coordinarse antes con la Autoritat del Transport Metropolità para emprender la remodelación.

Recreación del futuro paseo para peatones en la Gran Via, en Barcelona.

Recreación del futuro paseo para peatones en la Gran Via, en Barcelona. / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

El presupuesto de la segunda tanda debe aún precisarse. En todo caso, se augura que la última etapa de la construcción se inicie nada más finalizar la primera fase de los trabajos y que la nueva rambla esté lista del todo de aquí a tres años. “No queremos que una parte condicione a la otra ni que las obras se alarguen en el tiempo. Es un cambio esperado por los vecinos”, esgrime Sanz.

A falta de mayor concreción, la teniente de alcalde blande que el diseño del bulevar se marca como premisa “reducir la contaminación, el ruido y la sensación de calor”. A lo largo de una zona de casi 70.000 metros cuadrados, se prevén plantar 450 árboles y colocar unos 200 asientos. Aparte, se habilitará un carril de entrada para los vehículos de residentes para acceder a los garajes situados en el flanco de montaña de la avenida.

Atracción en el aire

Lo que podría quedar fuera de la futura Gran Via son las controvertidas tirolinas instaladas en febrero, bloqueadas desde esta semana por la noche a causa del ruido. Parte del vecindario se ha quejado de que el columpio de grandes dimensiones ha atraído a cierto público desaprensivo, que se ha arrojado gritando a deshoras y a costa del sueño de los residentes en la zona. A falta de definir algunos detalles del bulevar, Sanz comenta que la atracción podría acabar en otro punto de la ciudad.

“Si no encontramos la manera de que no haya ruido, una opción sería trasladarlas a un lugar sin viviendas en el entorno”, reconoce la teniente de alcalde. La tirolina de grandes dimensiones se etiqueta de provisional mientras no se rehaga la nueva zona peatonal.

La tirolina de la Gran Via, en Barcelona.

La tirolina de la Gran Via, en Barcelona. / JOAN CORTADELLAS

Algunos vecinos señalan que la molestia es más frecuente los fines de semana y la achacan a muchachos ebrios en plena juerga. Sanz indica que el futuro de las tirolinas depende en gran parte de que se revele efectivo el anclaje que, desde el martes pasado, paraliza la barra de la atracción entre las 22.00 horas y las 08.00 del día siguiente. “Es una propuesta para asegurar el descanso. Las tirolinas son un gran éxito para las familias que las utilizan. Tenemos que intentar garantizar el juego”, aboga la teniente de alcalde.

En cualquier caso, el proyecto ejecutivo para la transformación entre las calles Badajoz y Bilbao no confirma por ahora que la atracción se conserven como recreo infantil cuando el bulevar reabra ya remodelado. Sea en la Gran Via o desplazadas a otra ubicación, el ejecutivo municipal no piensa en desprenderse de las tirolinas. “No renunciamos a este tipo de juego que los niños han recibido con mucha ilusión”, zanja la concejal.