La mayoría, en kioskos

Barcelona promueve cajeros multimarca tras el 'no' de la banca a instalarlos gratis

El consistorio anuncia que se dispondrá de 161 terminales para paliar el cierre de oficinas, incluidos cuatro del Santander, y Jaume Collboni afea a "algunas" entidades que pretendieran cobrar por el servicio

Cajero del Banco Santander en el mercado de la Llibertat, auspiciado por el Ayuntamiento de Barcelona

Cajero del Banco Santander en el mercado de la Llibertat, auspiciado por el Ayuntamiento de Barcelona / JORDI COTRINA

Jordi Ribalaygue

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Barcelona y su conurbación contarán con 161 cajeros automáticos de aquí a finales de 2023 en equipamientos municipales y servicios públicos como mercados, estaciones de metro y kioskos. Del total, ya hay 85 que se han instalado en 2022. Para promover que se habiliten, el ayuntamiento renuncia a ingresar una tasa. El gobierno local pretende así paliar el cierre de oficinas en los últimos años, una auténtica sangría a medida que las entidades han prescindido de empleados y oficinas: la ciudad ha pasado de contar con 1.214 máquinas para extraer dinero en efectivo en 2018 a 717 a principios de 2022.

El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, urgió hace un año a los bancos a revertir la desaparición de terminales, en especial dañina para los barrios periféricos y la gente mayor, menos habituada a la banca electrónica. En aquel momento, el socialista ofreció a las entidades financieras ubicar cajeros en centros cívicos y casales, que son propiedad del ayuntamiento. Un año después, la respuesta a la llamada se ha revelado escasa: solo el Banco Santander ha sellado un acuerdo con el ejecutivo municipal, por el que ha iniciado una prueba piloto en que ha emplazado cuatro máquinas de efectivo en los mercados del Besòs, Sants, La Llibertat y Sant Antoni. La intención es ampliarlo a más mercados a partir de la segunda mitad de 2023.

Collboni ha asegurado que el ayuntamiento se reunió con todos los bancos que operan en Catalunya y que “algunos” querían “cobrar por poner cajeros”. “Hasta aquí podíamos llegar. Si pedimos un servicio para dar efectivo, encima no pueden pretender hacer negocio”, ha replicado el dirigente municipal, que ha evitado especificar a qué entidades se refería.

A su vez, ha subrayado que el consistorio no pagará nada por los 161 cajeros. El reverso de la medida es que el ayuntamiento no la rentabilizará y rehúsa recaudar un canon a ATM, la compañía que los colocará y que cuenta con convenios con los bancos para prestar el servicio. “El incentivo para facilitar que abran cajeros es no cobrarles”, ha reconocido el teniente de alcalde. El grueso de la red se ubicará en 125 kioskos, de los que 60 ya se equiparon el año pasado.

Más en el metro

Además, se habilitarán 11 terminales en paradas del metro durante el primer semestre de 2023, que se sumarán a los 21 ya existentes en el suburbano. TMB ha elegido dos estaciones de la L1 (Sant Andreu y Mercat Nou); una de la L2, situada en Badalona (Pompeu Fabra); dos de la L3 (Canyelles y Roquetes); una de la L4 (Trinitat Nova) y cuatro de la L5, incluida una en Cornellà de Llobregat (Ernest Lluch, Vall d’Hebron, Coll Teixonera y Cornellà Centre).

La idea es que las terminales se ubiquen en barrios donde más aguda es la “desertización bancaria” a la que Collboni se ha referido. Ya a menos de cinco meses de las elecciones municipales, el alcaldable socialista se ha rodeado de otros cuatro concejales del PSC para explicar cómo se expandirán los cajeros. No ha acudido ninguno de sus socios de los 'comuns'. El teniente de alcalde se reserva la opción de extender aún más las máquinas para obtener dinero en metálico a más zonas de la ciudad a partir del segundo semestre, pasados ya los comicios.

Máximo 15 minutos desde casa

Collboni ha postulado que se pesigue que al menos haya una terminal para extraer efectivo "a no más de 10 o 15 minutos de casa", un objetivo que ha calificado de "banca kilómetro cero". "Prácticamente el 40% de los cajeros han cerrado en Barcelona desde la pandemia. Significa que, para sacar dinero para la compra diaria o semanal, una señora tiene que caminar 15 o 20 minutos. Supone molestias y riesgos, y es injusto", se ha quejado el líder socialista, que ha opinado que el Gobierno y la Generalitat han puesto el foco del problema del cierre de sucursales en los pueblos sin reparar que "en las grandes ciudades se da el mismo problema".

"Hay barrios donde las entidades consideran que no es rentable tener cajeros y dejan sin servicio ni acceso a efectivo, sobre todo a gente mayor", ha subrayado. Lola tiene 67 años, vive en el Besòs i el Maresme y da cuenta de que la mayoría de las oficinas han desaparecido en el barrio. "Las han quitado casi todas. Ahora solo tengo un cajero del Sabadell en la Diagonal, a no menos de un cuarto de hora desde casa", explica.

Manoli, también jubilada, se encuentra con un problema similar desde que cerraron la sucursal de La Caixa de la que era clienta, junto a la Rambla Prim. "Hace más de dos años que la cerraron y nos han distribuido por oficinas fuera del barrio, incluso en Sant Adrià. A muchos nos supone una dificultad, no solo por la distancia que tenemos que recorrer, sino también de seguridad", expresa.