Movilidad sostenible

El bicibús estará señalizado en el origen de las líneas

Los recorridos de Sant Antoni y Letamendi tendrán un poste en la parada de inicio con toda la información del servicio

Participantes de un bicibús en el Eixample, a finales de junio.

Participantes de un bicibús en el Eixample, a finales de junio. / Manu Mitru

Carlos Márquez Daniel

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Suele decirse, cuando se habla de urbanismo, que la pintura no es infraestructura, que no basta con garabatear el asfalto para dar cuenta de un cambio de usos del espacio público; a no ser que se trate de urbanismo táctico, pero no vamos a entrar en ese jardín. El bicibús blande en su ADN originario la demanda de que la ciudad disponga de una red ciclista adaptada tanto para un niño de cuatro años como para un ciudadano veterano de 80. Esa exigencia tendrá ahora un primer elemento físico, ya que dos de las líneas con más solera, la de Sant Antoni y la Letamendi, dispondrán de una parada propia en los orígenes del recorrido; un poste que indicará que ahí nace un bicibús.

Poste de una parada de bus de plaza de la Universitat, similar a la que se instalará para el bicibús

Poste de una parada de bus de plaza de la Universitat, similar a la que se instalará para el bicibús / Google

Que la ciudad dedique un par de mástiles a esta iniciativa ciudadana puede generar sensaciones encontradas. Emoción, por una parte, porque es la demostración de que el Ayuntamiento de Barcelona cree en este proyecto de movilidad escolar sostenible y lo apoya. Pero también preocupación, porque el bicibús es, al fin y al cabo, una expresión de malestar, pues lo ideal es que no exista línea alguna y que ir en bicicleta al cole no requiera de un pelotón con escolta policial.

Todos los días

Las paradas, tal y como ha anunciado este martes el concejal del Eixample, Pau Gonzàlez, estarán situadas en las plazas de Concha Pérez (Tamarit con Calàbria, donde arranca la línea de Sant Antoni) y en la de Letamendi (línea homónima que transcurre por la calle de Aragó). El logo de la parada será el del bicibús y se acompañará de un código QR que llevará a una página web con todos los detalles de la línea. La de Sant Antoni, por cierto, inicia su andadura diaria todos los jueves. De lunes a jueves, el recorrido evitará Entença y subirá por Calàbria para girar por Provença y llegar a la Model. El viernes mantendrá el dibujo original (Concha Pérez-Tamarit-Calàbria-Diputació-Entença-Model).

La idea, explica Rosa Suriñach, una de las impulsoras del bus ciclista del Eixample, es que con el tiempo haya más líneas con poste identificativo. El consistorio, por su parte, estudia también de qué manera señalizar los finales de recorrido, pero eso, si sucede, llegará más adelante. La Urbana, según ha señalado el concejal del distrito, seguirá acompañando al grupo ciclista, aunque, ha admitido, al concentrarse en viernes genera "tensiones, sobre todo en los que se refiere a recursos humanos". Con el tiempo, sin embargo, se ha aprendido a racionalizar las patrullas policiales: si al principio iban media decena por línea, ahora solo se destina una para controlar la cola del pelotón, mientras que los padres se encargan de controlar la cabecera y los laterales en los cruces.

El bicibús ya tiene en marcha 13 líneas y transporte cada semana a cerca de mil personas en toda la ciudad. Según los organizadores, durante el curso pasado se realizaron cerca de 15.000 desplazamientos vinculados a esta iniciativa ciudadana.