Barcelona ganará más espacio verde ciudadano en la Escola Industrial

Pasada la tormenta de la ampliación del Hospital Clínic, que finalmente no crecerá a costa de la Escola Industrial, la Diputación de Barcelona presentó ayer el futuro del recinto modernista. Lo hizo a lo grande, con presencia de su presidenta, Núria Marín, y dos de los vicepresidentes: Jaume Collboni y Ferran Mascarell. No en vano se trata de un proyecto "muy ambicioso" que "será importante para Barcelona, para la demarcación y para el país", máxima repetida por los tres representantes de la institución. Y proyecto que, bajo el nombre La Industrial+, prevé convertir las cuatro manzanas del Eixample en un centro de innovación, sostenibilidad y patrimonio.

La primera piedra, en forma de proyecto ejecutivo y catas, ya está puesta en marcha, pero el final no se avista hasta dentro de 10 años aunque las primeras obras se empezarán el último trimestre de 2023. El presupuesto asciende a 100 millones de euros, cantidad que la diputación garantiza aunque no renuncia a pedir subvenciones si se da el caso. 

Refugio climático

De entrada, la Esquerra del Eixample, uno de los barrios más densos y con menos espacio verde por habitante, ganará 16.000 metros cuadrados, el equivalente a dos campos de fútbol, de naturaleza urbana, que se abrirá totalmente a los ciudadanos. Ello se conseguirá eliminando todas las zonas de aparcamiento del recinto y naturalizándolas, y manteniendo y ampliando los dos ejes públicos que actualmente cruzan el conjunto. La idea es que el espacio sea totalmente poroso para los vecinos y pase a formar parte del plan de refugios climáticos del ayuntamiento, plan que prevé que todo ciudadano tenga uno de ellos a menos de cinco minutos a pie de su casa. 

Nuevo bulevar

Habrá un tercer bulevar que permitirá cruzar la Escola Industrial desde la calle de Urgell a la de Viladomat, pero este será cubierto y dependerá directamente de otra de las importantes novedades del recinto: la apertura del futuro Centre Internacional per a la Innovació en els Serveis Públics (CIISP), que acogerá el edificio de la antigua Escola Universitària d'Enginyeria Tècnica Industrial y se extenderá hacia el Paraninfo (restaurado e inaugurado en 2020) y hacia el actual colegio mayor Ramon LLull, que la UB abandonará en breve y el nuevo proyecto reconvertirá en residencia para investigadores una vez restaurado y mejorado. 

800 investigadores

El nuevo CIISP se lee como una colaboración público-privada con el objetivo de reformular y mejorar los servicios públicos a partir de la intersección de ciencia, tecnología, empresa y Administración. Sumará 33.000 metros cuadrados en los que se espera trabajen 800 investigadores. El nuevo bulevar cruzará la planta baja de dicho edificio, exactamente por la Sala de Telers, un espacio patrimonial levantado por Rafael Guastavino y que es uno de los pocos ejemplos que se mantienen del arquitecto que popularizó la ‘volta’ catalana. La nave se restaurará y, además de permitir el paso, acogerá exposiciones, talleres y otras actividades dirigidas a los ciudadanos. La intención de la diputación es que esta nueva avenida se convierta en el corazón de la Escola Industrial. 

Eficiencia energética

El proyecto también contempla el reto de convertir el recinto en sostenible y conseguir el consumo energético cero en 10 años, es decir, que no gaste más energía de la que sea capaz de producir. Lo hará utilizando LEDS en todos los edificios y colocando placas fotovoltaicas para generar la energía equivalente a la necesaria en 500 hogares, además de incorporando la geotermia y otras tecnologías. También prevé reducir el consumo del agua aprovechando el agua de lluvia y freática para el riego y el mantenimiento. 

Patrimonio en valor

El tercer eje del proyecto es el patrimonial, de ahí la idea de poner en valor todo el conjunto modernista a partir de la apertura de un nuevo Centre d’Interpretació de l’Escola Industrial en la sala de máquinas de la antigua fábrica Batlló, y ampliar los edificios a visitar por el público con la incorporación de la Sala de Telers y el Paranimf, a los espacios ya abiertos: la Sala Noble del edificio del Rellotge, la Capella de la residencia Ramon Llull y el vestíbulo de la Escola del Treball. No en vano el conjunto está catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL), cuenta con 10 edificios protegidos diseñados por Rafael Guastavino, Joan Rubió i Bellver y Manuel Baldrich.  h.