Sector atemorizado

El paseo de Gràcia se blinda por temor a más vandalismo

Los comerciantes reparan estos días los 75 establecimientos que sufrieron ataques, a la vez que muchos protegen sus escaparates ante nuevas movilizaciones previstas para este sábado

Todavía no han acabado de contabilizar los destrozos, que superarán los 750.000 euros

La tienda de Versace, totalmente protegida con paneles y cerrada, tras haber sido saqueada.

La tienda de Versace, totalmente protegida con paneles y cerrada, tras haber sido saqueada. / RICARD CUGAT

Patricia Castán

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Como si de un seísmo con múltiples réplicas se tratara, los comerciantes del centro de Barcelona contienen el aliento por el miedo a que la ciudad todavía afronte nuevas noches de altercados. Tanto, que a la par que reparan los 75 establecimientos afectados en el paseo de Gràcia por actos vandálicos, muchos intentan blindarse con chapas metálicas o rejas de cara a protegerse a corto plazo. De hecho, el eje de compras tiembla ante las concentraciones previstas este sábado, por si desembocan en violencia por parte de algunos participantes, como sucediera una semana antes.

El paseo era este viernes un ir y venir de operarios de cristalería, carpinteros y herreros, tomando medidas, parcheando o planificando cerramientos mucho más férreos que los que tuvieran hasta ahora. Su presidente, Luis Sans, asume con tristeza que el eje de oro de las compras no pueda lucir por la noche unos escaparates vistosos, porque las rejas se han convertido en prioritarias para quienes ya tienen experiencia en el vial. "Es una pena, pero esto ya se ha convertido en habitual en Barcelona, hay guerrillas urbanas que protagonizan altercados sea cual sea el motivo de una concentración, desde desalojos okupas, a sentencias del 'procés', la condena de Hasél o lo que esté por venir", opina.

Escaparates rotos en una joyería del paseo de Gràcia.

Escaparates rotos en una joyería del paseo de Gràcia. / RICARD CUGAT

Considera que Barcelona y París se han convertido en epicentros de estos incidentes, que en otros puntos de Europa son puntuales, por lo que pone el foco más allá de la polémica sentencia al rapero. "Hay que cambiar cosas del código penal", dice en alusión a este caso, pero "aquí hay un problema de fondo y es muy preocupante que aquí se repita una y otra vez", sostiene. Aboga por "asumir como ciudad que no podemos seguir así, dialogar, preservar las movilizaciones pacíficas y mejorar los protocolos de los Mossos para que sean más eficaces en estos casos".

Heridas en todo el eje

El rastro de la furia de algunos grupúsculos puede verse todavía con toda claridad a lo largo y ancho del paseo de Gràcia, desde la parte más próxima a la plaza de Catalunya, que concentra a las marcas más populares (triste estreno el de Nike en su nuevo buque insignia local) hasta el tramo superior que alinea a las firmas de lujo, donde Versace es solo un ejemplo del "injustificable vandalismo que irrumpe tras las movilizaciones sociales", empañándolas una y otra vez. Ha habido un centenar de cristales rotos, una docena de negocios saqueados y unas 300 pintadas, pero el recuento de daños no ha finalizado.

Un cristalero comenta a este diario que el paseo se ha convertido a su pesar en uno de sus 'mejores' clientes. El saldo de destrozos en los últimos años es desolador en esta zona. Gabriel Jené, presidente de Barcelona Oberta, entidad que suma una veintena de ejes comerciales céntricos y turísticos, recuerda que estos días llueve sobre mojado, porque la situación afecta a un sector muy castigado por las restricciones por la pandemia.

El trajín de operarios cambiando cristaleras y cerramientos empieza a ser habitual en el eje de oro de las compras en la ciudad

De hecho, muchas de las tiendas gravemente dañadas estaban cerradas a causa de las limitaciones vigentes hasta ahora (ni podían abrir las mayores de 400 metros cuadrados, ni ninguna tienda no esencial los fines de semana). A la clausura forzada se suman ahora facturas de reparación de varios ceros, que no está claro que muchas puedan cubrir con sus seguros. "Algunas están cubiertas, pero otras tienen franquicia, o directamente tendrán que asumirlo ellas o reclamar a fondos de garantía de seguros", explica Jené, quien distingue el legítimo el derecho de protesta, frente a permitir que "degenere en descontrol contra la ciudad y los negocios".

La reunión que el sector tuvo el jueves con representantes del Govern sirvió para lamentar, de nuevo, "la tardanza y la tibieza en la condena de Pere Aragonès a los violentos". En este sentido, Sans alaba que el ayuntamiento haya sido esta vez mucho más firme en su apoyo al comercio.

A las tiendas cerradas por las restricciones ha habido que sumar esta semana las que no podían abrir por los graves daños sufridos

Los ataques y saqueos a comercio han dejado estos días tras de sí un paseo más cerrado que nunca, ya que a las mencionadas restricciones se suman los establecimientos que pudiendo abrir han tenido que bajar la persiana porque era imposible trabajar sin escaparates o por falta de género. Una dependienta de una conocida tienda, que pide anonimato, se lamenta de haber logrado salir del erte para encontrarse con ese panorama, que la ha dejado sin trabajar unos días. Sans explica que algunos han preferido no abrir estos días ante el temor de que se reproduzcan los incidentes. Y Jené confía en que el episodio quede atrás y no dañe más la imagen de Barcelona, de cara a la recuperación que ven cada vez más cercana.

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