En zona marítima

Colau quiere eliminar el ocio nocturno del litoral de Barcelona

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Patricia Castán

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Si los planes del ayuntamiento prosperan, Barcelona pasaría a ser posiblemente la única gran ciudad con litoral y sin ninguna opción de ocio nocturno de cara al mar. O sea, que su noche se parecería más a la de Madrid que a la de una urbe marinera. La concejala de Ciutat Vella, Gala Pin, ha anunciado hoy lunes el cierre temporal por sanción (semanas o meses) de tres restaurantes-club del llamado Front Marítim de la Barceloneta y la despedida definitiva del ocio nocturno en la zona, fruto del final de las concesiones (en junio) y de un presunto acuerdo con el Estado -titular de esta franja marítimo terrestre- para que las cuatro discotecas del paseo Marítim (bajo este) pasen a usos relacionados con la ciencia. Horas después, fuentes del Gobierno desmintieron ese pacto y aseguraron que todavía hace falta diálogo y reuniones con los afectados antes de tomar cualquier decisión.

El 'zasca' a Pin, se acompaña de "sorpresa" previa tanto en el Ejecutivo como en los operadores situados en la zona donde se extingue una concesión de 30 años al ayuntamiento, y reconcesionada a diferentes empresas. De hecho, la próxima semana hay una reunión prevista con representantes de los empresarios, de Patrimonio y del Ministerio de Hacienda, que técnicamente tutela esos pactos y usos. Sí es cierto que se ultima traspasar la titularidad de algunos equipamientos, zonas viarias y verdes, pero está por decidir el uso de las "unidades económicas", aseguran desde el Gobierno central. Añaden que ha de ser una decisión consensuada y que tenga en cuenta a todas las partes.

El peso de estos operadores es notable, a tenor de que entre Opium Mar, Carpe Diem, Shôko, Pacha Barcelona, Bestial, Agua e Ice Bar facturan unos 60 millones de euros al año, suponen unos 700 empleos directos y otro tanto indirectos, entre subcontrataciones y demás

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En el otro lado de la balanza están las quejas de vecinos de la Barceloneta y la Vila Olímpica, no por ruidos dada la distancia que los separa, sino por el incivismo del que hacen gala muchos noctámbulos cuando se dirigen a las estaciones de metro de la zona y vomitan u orinan en la calle, casi siempre sin presencia policial. La habitual ausencia de Mossos y Guardia Urbana en la zona llevó a los concesionarios a contratar vigilancia privada también fuera de los locales, para evitar los robos de ladrones relojes y móviles que acuden de madrugada a merodear por este eje, donde saben que suelen cenar o divertirse turistas de alto poder adquisitivo. Pero ello no ha bastado.

Instituto de Ciencias del Mar

Pin ha dado por hecho por la mañana que los cuatro primeros locales mencionados, con licencia de restaurante y discoteca, se reconvertirán en usos de equipamiento y en concreto se destinarán a la ampliación del Instituto de Ciencias del Mar, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Una obra que se haría desde el subsuelo de este recinto, pero que obviamente precisaría una gran inversión por parte del Estado.

La concejala Pin, que no repetirá en el ayuntamiento como concejala, destacó con un tuit como "gran noticia" el cierre de estos negocios. Por parte de los operadores, se ha optado finalmente por no pronunciarse sobre esta polémica, a la vista de las negociaciones de los próximos días y de las elecciones del próximo 26 de mayo. El plan estratégico del consistorio para el litoral sí contempla estas propuestas, pero sin que haya nada decidido ni pactado.

Incluso desde la asociación de vecinos de la Vila Olímpica, contraria al ocio tanto allí como en el Port Olímpic (donde el año que viene también acaban las concesiones y solo se mantedrá actividad de restauración), han criticado el anuncio de Pin. Por electoralista y porque "genera confusión y no era el momento adecuado", ha opinado su presidente Jordi Giró. Este lider vecinal es partidario de una gran debate sobre el modelo de ocio de Barcelona, que evite la concentración de locales, consciente de que la actividad es necesaria en una gran ciudad. El colectivo sí aceptaría que los usos de restauración se mantuvieran en el Front Marítim de la Barceloneta, pero sin discotecas.

Campaña inspectora

En paralelo, el ayuntamiento ha iniciado procedimientos sancionadores contra Pacha, Shôko y Carpe Diem por incumplimientos en materia de seguridad. En concreto, sobre la señalización e iluminación de puertas de emergencia y extintores. Los tres tendrán que cerrar entre un mínimo de 15 días y un máximo de seis meses, aunque tienen un plazo hasta el 20 de mayo para subsanar los déficits. En la medida en que se reparen, afrontarán una sanción mayor o menor.

La edil señaló que estas inspecciones han ido precedidas en marzo de 42 cartas informativas a establecimientos donde se les advertía que se iniciaba la campaña para comprobar sus condiciones de prevención y seguridad.

El fin de estas salas supondría a la postre la extinción del ocio a pie de playa. Primero desapareció del Moll de la Fusta, luego del Maremàgnum y ahora lo hará del Port Olímpic y, tal vez, del Front Marítim de la Barceloneta. Los nuevos establecimientos que están abriendo en la Nova Bocana contemplan gastronomía pero no espacios para bailar.

La traca final de Gala Pin

El pasado jueves se celebraba una de las fiestas del año en Barcelona, La Flower (antes Flower Power), en una edición especial por sus 10 años allí, cuando los técnicos municipales se abrieron caso para inspeccionar el Carpe Diem en pleno sarao. Ni en un día excepcional y con el local Diem lleno de 'celebrities' e invitados de toda la ciudad, se detuvo la campaña inspectora impulsada a contrarreloj justo antes de las elecciones municipales. Era un ejemplo de lo que este marte entre clientes en las redes sociales y trabajadores de la zona se definía como "morir matando". La concejala de Ciutat Vella, Gala Pin, que desde el principio del mandato expresó su antipatía por el ocio en el litoral, se despide agravando su enfrentamiento con la hostelería del distrito, con la que ha mantenido un duelo estos cuatro años, eliminando terrazas y frenando la apertura de hoteles. A veces con razón y a veces a toda costa.