BARCELONEANDO

'Rancing': baila mientras corres en Barcelona

Es el último invento en zapatillas: une 'running' y 'dancing'. Ahora se sale a 'bailacorrer', como si fueras un híbrido de Usain Bolt, Pocholo y Rajoy andando deprisa. En Barcelona se practica desde hace un mes

Llega la moda del 'rancing'

Última salida de 'rancing' en Barcelona, el pasado viernes.  / periodico

Ana Sánchez

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Arc de Triomf, viernes tarde. Se va formando un grupo con ropa de deporte, accesorios carnavaleros, actitud fiestera. Desprenden más entusiasmo que el alcalde de Vigo. Se ve alguna peluca morada, boas de plumas, lucecitas. Hay quien viene hasta con la cortina de ducha a modo de capa de superhéroe. Conectan un altavoz portátil, hacen el calentamiento de rigor y de golpe todos echan a corr…, a bail…, ¿pero qué hacen? Ni que persiguieran a Iceta en precampaña.

Nombre oficial: rancingRunning dancing. Consiste en correr y bailar al mismo tiempo. Como si fueras un híbrido de Usain BoltPocholo Rajoy andando deprisa. “La idea es jugar –dicen-. Sentirte como un niño y que te importe un pepino lo que piensen los demás”.

Hay quien les mira como si fueran una panda de aliens. Hay quien les sonríe e incluso se une al grupo. Unos turistas indios les enseñaron una coreografía en medio de la plaza Reial. Cada vez hacen un recorrido diferente, aunque suelen pasar por la Ciutadella. “Es el único sitio de la ciudad en el que puedes gritar sin que crean que estás loco”, se ríe Moshe.

El 'rancing' apareció hace un año en Nueva York. Ahora se practica en Barcelona, Londres y Brighton 

Moshe Mizrahi es el runner-bailongo con altavoz en la mochila al que sigue todo el grupo. Empezó a montar salidas para hacer rancing hace apenas un mes a través de Airbnb Experiences. El movimiento apareció un año atrás en Nueva York. Ahora se puede encontrar en Barcelona, Londres y Brighton. No es lo más raro que se ve corriendo en esta plataforma: en Florencia practican running con clases de historiarunning .  

“A veces corremos, a veces avanzamos bailando, a veces nos paramos en plazas y bailamos”, detalla Moshe. Es como si te colaras durante hora y media en un videoclip. “Tú vas corriendo y pasan cosas –cuenta-. Cada vez es diferente”. ¿Que qué tiene de especial? “Es súper chulo bailar con gente desconocida”, responde el organizador. Como si salieras de fiesta, pero sin copas ni discoteca. 

Todos los niveles de runners son bienvenidos. “La idea es pasárselo bien haciendo ejercicio y descubrir la ciudad de una manera diferente”. Solo hay una regla: “Respetar a la gente de la calle”, insiste Moshe antes de echarse a bailacorrer. El altavoz está a menos volumen que el móvil de un adolescente estándar.  

Nadie lo diría al verlo en pleno éxtasis nocturno, pero la mejor forma de encontrar a Moshe es buscándolo al amanecer por la Barceloneta. Hace tres años que montó el club de los sunrise runners. Quedan para correr al salir el sol. Ya superan los 2.700 miembros en la red Meetup.

Preguntarle a Moshe qué hace es como decírselo a Ferreras en plena crisis de Gobierno. La semana pasada hasta montó un concierto en el salón de su casa. Belga, 38 años, lleva 11 en Barcelona. Hace un año que dejó su trabajo en la moda. En una semana (espera) será oficialmente guía de montaña. A estas alturas, organiza quedadas para hacer running casi a diario.       

Los 'Sunrise runners' quedan para correr al salir el sol desde hace tres años. Ya superan los 2.700 miembros en Meetup

Y todo porque perdió una apuesta con una amiga. “Quien perdía tenía que hacer un triatlón”, recuerda. Por entonces, él ni corría, ni nadaba, apenas iba en bici. Así que tuvo que empezar a entrenar. “Y un poco antes había descubierto que el sol nacía en el mar”. No es broma. “Nunca me había fijado”, promete. Cosas de belgas.

Intentó quedar para correr a las 7 de la mañana con sus amigos, pero todos se quedaban en la cama. “Y pensé que la única forma de ir era comprometiéndome”, recuerda. Así que lo colgó en Meetup, la red desde donde sigue coordinando las sesiones.

Quedan todos los miércoles viernes a las 7.30 frente al Buenas Migas de la Barceloneta. Los martes, misma hora, hacen entrenamientos de intervalos (“para mejorar la resistencia”). Y otro sunrise runner organiza sesiones los martes jueves a las 6.30.

Uno de cada dos lunes organizan salidas para correr 10 kilómetros guiando a invidentes por Montjuïc

El primer año corrían solo Moshe y un amigo. Ahora se llegan a reunir una veintena por amanecer; 50 en los run & brunch (un domingo al mes terminan de sudar con desayuno-comida). Uno de cada dos lunes organizan salidas para correr 10 kilómetros guiando a invidentes por Montjuïc. Corremos todos juntos, se llama la iniciativa. “Los invidentes quieren correr, pero les faltan guías”, lamenta Moshe.

Si preguntas “¿de dónde eres?”, aquí te soltarán “es complicado”. Alex resopla. Ella nació en Rumanía –intenta responder-, pero ha vivido entre EEUU y Costa Rica. La mayoría de los sunrise runners de hoy son expats. Gaetane y Shannon, belgas; Guntram, austriaco; Joe, inglés. Todos odian madrugar. “Pero cuando ves el sol -asegura Gaetane-, vale la pena”.

7.30 horas y ya se ve un vaivén de mallas por la Barceloneta. Eso si consigues quitarte las legañas. Un minuto corriendo y se te pasa el sueño. Terminas con más energía que Casado gritando «viva España», bañándote en el mar (quien se atreva) y desayunando como si estuvieras en Friends. ¿Lo más raro que han visto? “Nos hicimos una foto con unos novios”, recuerdan.  “Y nos cruzamos mucho con los borrachos del día anterior”. Más de uno te incita a que choques los cinco.

'Running' con bolsas de basura

A veces se les unen los runners con bolsas de basura de Barcelona Plogging. Es el último eco-pasatiempo nórdico que ha llegado a Barcelona: sales a correr y terminas recogiendo más basura que la que tiene grabada Villarejo. “Siempre lo hacemos a la vez para poder juntarnos”, dice Priscila, una de las organizadoras y habitual sunrise runner.

¿Que por qué correr al amanecer? “Para empezar el día de buen rollo”, contesta Alex. “Aparte de para hacer deporte”, añade Shannon. Todos se ríen. Parece que es lo de menos. “Te tienen que sacar de la cama con grúa -resopla Gaetane- , pero sabes que lo vas a disfrutar”. Y a las 9.30 ya lo tienes todo hecho.