3.000 entrevistas

La marca Barcelona mantiene su tirón internacional, según un informe

Vista aérea de Barcelona, sobre la Sagrada Família.

Vista aérea de Barcelona, sobre la Sagrada Família. / periodico

Patricia Castán

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Justo cuando en la trinchera de alcaldables se habla de la devaluación de la llamada marca Barcelona, el equipo de Ada Colau ha contratacado con un informe que no se actualizaba desde el 2011 y que viene a ser un chequeo de la percepción que el mundo tiene de la ciudad. Como conclusión, y con los datos ofrecidos por el ayuntamiento, la capital catalana parece que consolida la imagen “positiva” de ciudad rica, para desarrollarse, invertir y hacer negocios, con industria tecnológica y biomédica emergente, vinculada a la creatividad, vibrante e ideal para “urbanitas inquietos” (sobre todo en lo cultural). En esta ocasión también se interroga a los barceloneses, orgullosos de su ciudad. Aunque en conjunto aparecen también algunos elementos negativos para la reputación local, como la inseguridad, la situación política y la masificación turística.

El estudio 'Barcelona als Ulls del Món 2018', elaborado por Summa Branding por encargo municipal, se basa en encuestas a visitantes vacacionales y de negocios (online y presenciales), a barceloneses, a periodistas de algunos de los principales países emisores de viajeros, a expertos en creación de marca y a empresarios. Suman más de 3.000 entrevistas entre finales del 2017 y principios del 2018. Pero atención, porque también se han analizado 240.000 conversaciones de Twitter sobre Barcelona, Amsterdam, Singapur o Miami, por tener elementos comunes en su posicionamiento.

La Sagrada Família

La imagen positiva se construye desde la localización (en España y Catalunya), el fútbol (el Barça es clave), el clima, la gastronomía y la cultura, con la Sagrada Família como máximo icono. El documento también profundiza entre marcas asociadas a la ciudad, donde la moda es el apartado más mencionado (30%, con Zara, Desigual o Mango como exponentes), seguida por el fútbol y ya a más distancia la alimentación y bebidas (vinos, cerveza Damm, etc…).

Pero en medio de este retrato parcial que permanece en la memoria del visitante, el estudio destaca su reputación como lugar para invertir (por su liderazgo en grandes congresos, su economía sólida, auge de las 'start up', buenas conexiones aéreas,  buenos precios en comparación con otras grandes urbes europeas, ecosistema de investigación y laboratorios…), pese a las críticas por los pocos estímulos fiscales, altas tasas y “burocracia tediosa” que aparecen en estas respuestas, y que ya se habían expuesto anteriormente desde colectivos como Barcelona Global.

Trabas a las inversiones

Al gobierno municipal de Colau se le ha acusado desde los sectores económicos precisamente de todo lo contrario, de no alentar la actividad económica y poner trabas a muchas inversiones foráneas. No obstante, el informe no detalla los ámbitos de negocio, y en resumen concluye que la ciudad es un buen nido empresarial. En este sentido, el teniente de alcalde de Economía, Gerardo Pisarello, ha defendido que se ha logrado el equilibrio, y que “Barcelona no es una ciudad para especular”.  Por otro lado, se refuerza también la percepción de la ciudad como “centro de innovación respecto al 2011”, desde la tecnología a la biomedicina.

Para el edil este informe permite identificar rasgos diferenciales, reforzar la posición local en el mundo y contribuir a renovar el relato marca-ciudad en colaboración con los distintos actores y fijando nuevos retos. Algo que el consistorio ha ido asumiendo a lo largo de su mandato, tras no pocas controversias, empezando por el congreso de telefonía móvil que llegaron a cuestionar, hasta que asumieron su papel estratégico para Barcelona.

Y si las virtudes son importantes, no lo es menos sondear las debilidades. El 45% no ve nada negativo destacable. Pero entre los aspectos mencionados destaca ante todo la inseguridad (13%) asociada a la pequeña delincuencia, que ha crecido en los últimos tiempos. A continuación empatan (8%) la masificación turística y la situación política, seguida por los precios (7%) y más abajo, el terrorismo (5%), algo que Pisarello cree que es común a otras metropolis. Cuando los barceloneses son los que hablan, apuntan a una ciudad acogedora, amigable, abierta, cosmopolita, multicultural…

Urbanitas inquietos

Y aunque resulta atractiva para un amplio espectro de personas, el estudio enfatiza que conecta especialmente con el grupo de los llamados urbanitas inquietos (de 18 a 49, en un 59% hombres, muy viajeros por placer o negocios, interesados en el ocio, la cultura y la tecnología.

En las conclusiones, se destaca que Barcelona se percibe como una experiencia más “vibrante” que San Francisco, Tel Aviv o Amsterdam; se contempla como líder en industrias creativas; se aleja (muy poco a poco) de los clichés folclóricos de otras regiones españolas y se vincula más a Catalunya; brilla por sus escuelas de negocios y para captar talento. Y se corrobora que los grandes eventos internacionales la impulsan como lugar para hacer negocios y comer bien. Tal cual.

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