ELECCIONES MUNICIPALES EN MAYO DEL 2019

Manuel Valls se dispone a anunciar su candidatura en BCN y toma distancia de Ciudadanos

Manuel Valls, en la Asamblea Nacional francesa, el pasado 20 de junio.

Manuel Valls, en la Asamblea Nacional francesa, el pasado 20 de junio. / periodico

Toni Sust

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Cinco meses atrás, saltó la sorpresa. Manuel Valls, exprimer ministro francés, revelaba que tenía una oferta de Ciudadanos para ser candidato a la alcaldía de Barcelona en las elecciones municipales del próximo 26 de mayo y que iba a meditar si la aceptaba. Valls era entonces un político francés con raíces barcelonesas que acudía a mostrar su apoyo a la causa constitucionalista en Catalunya, un detractor del independentismo, pero a casi nadie se le ocurría verlo como un posible actor en el día a día de la política local.

En seguida precisó que su intención, en el caso de que se decantara por presentarse, sería hacerlo encabezando una plataforma, sin atarse a unas siglas en el sentido de que no quería ser un candidato clásico de partido. El próximo martes por la tarde, en la sede del Centre de Cultura Contemporànea de Barcelona (CCCB) Valls concretará sus planes. Para ser exactos, a tenor de la convocatoria del propio interesado, “anunciará cuál será su posición en relación a las elecciones municipales”.

Del acto se espera que el político francés desvele que se presenta y que lo hace como cabeza de lista de una nueva candidatura. Dicho de otro modo: no será el alcaldable de Ciudadanos. Mensaje enigmático Valls empezó el día con un mensaje enigmático en la red social Twitter, en el que se veía una foto de sus zapatos sobre el ‘panot’ de la capital catalana con el texto: “Barcelona...”.

Cuentan fuentes de Ciudadanos que a la cúpula del partido el anuncio de que el martes habrá desenlace le pilló de sorpresa. Y eso explicaría el tono de las primeras reacciones de dirigentes del partido de Albert Rivera.

Por ejemplo, la del secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, que optó por mostrar su confianza en que Valls se presente y subrayó que el partido le pondrá “todas las facilidades” para pactar cuál es el formato de la candidatura. “Nosotros, si Valls da el paso, estaremos trabajando codo con codo para hacer una plataforma lo más amplia posible, que desborde lo que es nuestro partido, una plataforma transversal con un único objetivo, ganar Barcelona”. El mismo Villegas ha dado a entender que la fiesta del martes no la convoca el equipo de Rivera: “Creo que va a ser una presentación muy sobria, en la que va a anunciar su decisión. Es una cosa personal suya”.

Las declaraciones de Villegas casan perfectamente con la visión que algunos miembros de Ciudadanos, sobre todo en Barcelona, tienen del asunto: a lo largo de los meses han comprobado que Valls iba a su aire, que no había visitado la sede del partido naranja en la ciudad, que cuando la visitaba, los antinacionalistas se enteraban por los medios de comunicación. Sí daban por hecho que el francés mantenía contacto y sintonía con Rivera.

Una asociación controvertida

Y es probable que esa sintonía funcione, pero al parecer alguno de los expertos que asesora a Valls y alguno de los empresarios que ha aceptaron respaldar económicamente su aventura se ha encargado de hacerle entender que no puede presentarse a los barceloneses como el alcaldable de Ciudadanos. Que ir de la mano de Rivera no es la forma de concitar un apoyo que le abra las puertas de la alcaldía.

Es más, según estas fuentes, Valls se postulará como un potencial referente del centro izquierda catalán y exhibirá una apuesta por la superación del conflicto identitario entre soberanistas y constitucionalistas. Sí, suena a que existe cierta voluntad de apelar al maragallismo, ahora que está tan de moda entre los candidatos a la alcaldía. Y suena también a forzar un tanto la posición respecto de la que se atribuye a Valls.

Porque si realmente abraza un mensaje al centro izquierda, difícilmente podrá hacerlo rodeado de Ciudadanos e incluso del PP, otro partido al que inicialmente el potencial alcaldable invitó a participar en el reto municipal. El PSC, que, lógicamente, encajaría mejor en estos planteamientos, advirtió de entrada que no tenía ninguna intención de sumarse a la fiesta y que mantendría su candidatura. Se hace difícil prever cómo podría asumir el partido de Rivera este mensaje. Como se antoja también complicado y no muy sencillo de explicar que Ciudadanos acabe optando por presentarse en solitario. En todo caso, aunque Rivera renuncie a sus siglas, quizá también se vea obligado a adaptarse a un mensaje que no es exactamente el suyo, aunque comparta rasgos.

El carnet en la boca

El líder de Ciudadanos no cierra puertas a ningún escenario y ha comentado su inminente anuncio con elogios: “Sería muy bueno para Barcelona que hubiera un alcalde con visión cosmopolita, un alcalde europeísta, que ha defendido la unidad de España”. Pese a reiterar que le gustaría que fuera candidato de Ciudadanos, Rivera ha optado por no cerrar ninguna puerta a los planes de Valls. Ha afirmado que es partidario de “abrir las puertas” del partido a “gente con talento”, para acabar constatando: “No pido que lleven el carnet de Ciudadanos en la boca para hacer política, sino que compartan los valores constitucionales”.