EL DRAMA INMOBILIARIO
Espalter, 6: resistencia numantina contra la especulación en el Raval
Calle de Espalter, 6, corazón del barrio del Raval de Barcelona. Seis familias, a las que les ha finalizado el contrato de arrendamiento, han iniciado una resistencia numantina para que no las echen de la finca. Mari, una vecina, sentencia: "A mí me sacan con los pies por delante". El inmueble, de cuatro plantas y ocho pisos, está ubicado enfrente de la flamante Filmoteca de Catalunya, lo que lo hace especialmente goloso.
Los vecinos han sacado este martes a la calle mesas y sillas y, bajo un sol de mediodía que no ha respetado a nadie, Mari, Mohamed, Ari y Ángeles han explicado sus reivindicaciones: la primera: "'Espalter es queda'". Amigos, gente del barrio y miembros de Stop Desnonaments han acudido a la llamada de socorro y a echarles una mano solidaria. Entre intervención e intervención han coreado eslógans como el 'Raval no está en venta', 'Fora especuladors del barri'… Sus casos son, emulando la obra de teatro de Buero Vallejo, historias de una escalera con unos inquilinos que solo respiran estrecheces. Para que dejen los pisos porque no les renuevan contratos les ofrecen entre 1.000 y 1.500 euros por vecino. "¿Dónde vamos a ir con estas indemnizaciones", afirman.
El perro señorito
Ángeles es un objetivo prioritario para la sociedad Olno Espalter 6, SL, propietaria del inmueble desde julio del año pasado. Ella vive en el 2º, 2ª desde hace 50 años. Llegó a la finca con sus padres con apenas 10 años. Para desespero del dueño, Ángeles tiene contrato indefinido. Por eso la han intentado presionar con ofertas que ha rechazado una tras otra. "El abogado [que le enviaron a negociar] me llegó a decir que velaba por mis intereses", explica. Para convencerla le hizo ver las desventajas de su vida en el Raval, que su hijo le agradecería que se fuera de allí. Y la última perla: "Incluso llegó a decirme que mi perro pasearía mejor en otro barrio", concluye.
"Para que me vaya, el abogado del dueño me ha llegado a decir que mi perro pasearía mejor fuera del Raval"
Mohamed Ahajar (Tetuán, 1965) vive en el 3º, 1ª. Lleva tres años parado y el dolor de espalda no le deja moverse. Los 430 euros de su pensión los abduce el alquiler del piso, por el que paga 400 euros. Tiene cuatro personas a su cargo: su mujer, Fátima, que no trabaja fuera de casa, y sus tres hijos de 14, 10 y 8 años. Él y Mari Lupiañez y Juan, su pareja, han perdido el juicio por desahucio.
Mari y Juan viven en el 4º, 1º de una escalera angosta y oscura, en la que se echa en falta el ascensor. "Vivíamos en una habitación en Gràcia, pero ya no tenemos años para compartir piso", afirma. Llegaron a Espalter, 6 en el 2014 porque era el único piso, que más mal que bien, se ajustaba a su presupuesto. Eran 425 euros mensuales. Mari enumera la larga retahíla de despropósitos inmobiliarios que ha sufrido. Y se emociona de pena. "Barcelona parece una obra de Dickens con miserias, gente en la calle…Son situaciones tercermundistas", explica.
Ari y sus tres compañeras okuparon el 3º, 2º en abril con la ayuda de los inquilinos. Estudian Medicina, Cine y Musicología y se han implicado en la causa vecinal por dos motivos: "Por nuestro futuro y por el presente de muchas personas". Ari, que ejerce de portavoz, añade: "El sueldo que nos pagarán cuando encontremos trabajo será más bajo que el precio del alquiler".
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