La granja en África de Jonah

El ganador sorpresa del maratón de Barcelona quiere comprar vacas para alimentar a su pequeño hijo

El keniano Jonah Kipkemoi Chesum, exhausto tras llegar vencedor a la meta.

El keniano Jonah Kipkemoi Chesum, exhausto tras llegar vencedor a la meta. / periodico

JOAN CARLES ARMENGOL / BARCELONA

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Su vida parece de película. "Yo tenía una granja en África al pie de las colinas de Ngong...", comenzaba la novela de Karen Blixen que dio pie a la película Memorias de África. Jonah Kipkemoi ChesumMemorias de África., ganador sorpresa del maratón de Barcelona, podrá decir pronto lo mismo a poco que le vaya bien. No será en las colinas de Ngong, sino en Itén, la localidad del Valle del Rift (Kenia) donde ha vivido siempre. Pero el sueño es el mismo, tener una granja (shamba en suajili) con muchas vacas para alimentar a su naciente familia.

Si su representante, el inglés James Ruskin, le consiguió a Jonah un viaje a Barcelona, fue para ganar unos cuantos dólares haciendo de liebre, es decir, marcando el ritmo adecuado a los favoritos para que lleguen en el tiempo previsto a la meta. Con esos 3.000 euros tenía un solo objetivo: comprar una vaca para alimentar a su pequeño hijo de seis meses, con el que vive en una de esas clásicas y modestas chozas con el techo de chapa que pueblan Itén.

Pero la liebre se convirtió en galgo y, al verse con fuerzas y con los cracks a los que teóricamente tenía que ayudar fuera de juego, el keniano de 28 años decidió seguir hasta el final para culminar, triunfal, el primer maratón de su vida. Una victoria que le reportará 10.000 euros más, al haber parado el crono por debajo de las dos horas y 9 minutos. De haberlo hecho por debajo de las 2.07, el premio se habría doblado.

INCENDIO FATAL

Con esos 13.000 euros que se llevará de vuelta a Itén, Jonah Kipkemoi Chesum podrá comprar más de una vaca, desde luego. Quizá podrá poner las bases de esas soñada shamba por todos los atletas de fondo kenianos que florecen en el Valle del Rift. A la espera de que su representante le vuelva a conseguir una carrera en Europa -una vez recuperado del tremendo esfuerzo de ayer, para junio o julio-, el atleta que ayer dio una de la sorpresas más tremendas mejorará sus condiciones de vida en Kenia y verá revertir una vida dura que se le complicó desde muy pequeño.

Porque Jonah, además de ser la primera liebre capaz de ganar en maratón de Barcelona en 39 ediciones, es también el primer atleta oficialmente paralímpico en conseguirlo. De niño, se vio inmerso en un incendio que le provocó quemaduras en la parte derecha de su cuerpo y una deformación muy visible en la mano derecha. A los Juegos de Londres 2012 acudió como paralímpico en la categoría T46 y corrió los 800 (fue 6º) y los 1.500 metros (7º). El año pasado le cambiaron de categoría, a la T47, que solo contempla pruebas de velocidad y salto de longitud, por los que decidió cambiar los Juegos Paralímpicos de Río por una carrera de medio maratón en Cardiff, donde en octubre logró la mejor marca de su vida (1.02.04). Un registro que avanzaba sus posibilidades en la distancia más larga, que hasta ahora no se había atrevido a completar. Los 2.08.57 de este domingo podrían haber supuesto un esplendoroso récord mundial paralímpico si aún siguiera en la categoría anterior, que ostenta el español de origen marroquí Abderraman Ait Kammouch con 2.26.54. Pero el keniano se ha encontrado con la paradoja de que no existe plusmarca universal en su nueva catalogación.

"Cuando salí del hotel no sabía que ahora sería el vencedor del maratón de Barcelona porque ni siquiera tenía previsto acabarlo. Pero en el kilómetro 35, al verme solo en cabeza y con fuerzas, es cuando he decidido seguir hasta el final", explicaba ayer el keniano. "Yo tenía una granja (shamba) en África...", podrá escribir si algún día decide emular a Blixen y dejar las memorias de una vida de película.