SANTS-MONTJUÏC

Inmersión bélica

Una exposición evoca un naufragio durante la guerra de la independencia. Las vitrinas del Museu d'Arqueologia, a ras de suelo, muestran objetos civiles y militares del siglo XIX

En el fondo 8 Las vitrinas en el suelo, como en el yacimiento del Ebro.

En el fondo 8 Las vitrinas en el suelo, como en el yacimiento del Ebro.

LUIS BENAVIDES / BARCELONA

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Verano de 1813, en plena guerra de la independencia. Una flota inglesa intenta tomar y defender la ciudad de Tarragona ocupada por las tropas napoleónicas. El ataque es un fracaso absoluto y deciden retirarse. Bajo un terrible temporal, una veintena de embarcaciones británicas se encallan en la desembocadura del Ebro. En este contexto bélico con final dramático se enmarca la exposición Deltebre I. La historia de un naufragio, inaugurada en el Museu d'Arqueologia de Catalunya (MAC), en el paseo de Santa Madrona, 39-41.

La mayoría de estas embarcaciones fueron recuperadas, pero cinco fueron engullidas por el Ebro. Unos 200 años después, a causa de la regresión que sufre el delta, uno de los barcos emergió. «En el 2008 un pescador de Amposta, Carles Somolinos, tiró sus redes y se le engancharon en uno de los barcos hundidos», explica muy agradecido Gustau Vivar, director del Centre d'Arqueologia Subaquàtica de Catalunya (CASC) y comisario de la exposición. «Este hallazgo es extraordinario, pues encontramos muchos objetos, tanto civiles como militares, en un estado de conservación espectacular. No hay nada de atrezo», subraya el comisario.

Cinco vitrinas de dos por dos metros muestran instrumentos de navegación como compases, una regla de cálculo y pisapapeles; también equipamiento militar como balas de plomo, barriles de pólvora y piedras de sílex para los fusiles. Algunos tan singulares como la botella de vino Fondillón, una variedad alicantina, milagrosamente intacta. Todos están colocados a ras de suelo, para que los visitantes contemplen estos objetos desde arriba, como los buceadores del yacimiento.

Josep Manuel Rueda, director del MAC, destaca el buen estado de conservación de los objetos, tratados en los laboratorios del CASC para poder ser expuestos. «Hemos programado varias conferencias y actividades complementarias para los que quieran profundizar en la arqueología subacuática», añade Rueda.

Historia novelada

La exposición, abierta todo este mes, se dirige a todos los públicos. «Los paneles explican las últimas horas en el barco a través de un marinero ficticio, dramatizado por Carlota Pérez-Reverte, coatura del primero de los libros de Alatriste e hija del escritor. No es ficción, sino historia novelada», puntualiza Vivar, quien subraya que los trabajos en el yacimiento continúan hoy y hay material «para cuatro exposiciones»