Nochevieja más popular y muy rentable

Miles de persdonas abarrotaron la plaza de España de Barcelona para dar la bienvenida al 2016

Miles de persdonas abarrotaron la plaza de España de Barcelona para dar la bienvenida al 2016 / periodico

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Con muchos más turistas que barceloneses brindando por el 2016, la Font Màgica de Montjüic reunió por Nochevieja a unas 75.000 personas (5.000 más que hace un año) ante un espectáculo que en esta ocasión estuvo marcado por la música, el agua, el fuego y la luz. Era el tercer año de festejos en la zona, pero el primero de la era Colau, sin Hombre del Milenio y con un montaje dirigido por la compañía Els Comediants. En medio de un operativo de seguridad marcado por el nivel 4 sobre 5 de alerta terrorista, la celebración respiró civismo y Barcelona abrió un nuevo año sin apenas incidencias destacables y con las temperaturas más suaves de los últimos años. Los intentos de robos en las playas y consiguientes peleas fueron la nota gris de la noche.

El ayuntamiento y Turismo de Barcelona son los artífices de los fastos junto a la plaza de España, llamados a ser un punto de encuentro tan familiar como turístico. En la práctica, los rostros foráneos ganaron por goleada y la ciudad cumplió de sobras con las expectativas de proyectarse al mundo como un destino icónico de Nochevieja, con las letras de Barcelona brillando al fondo. El mejor spot para la ciudad, que ha convertido esta celebración en un macronegocio, no ya solo para los miles de personas que optan por cenar fuera y salir de marcha, sino cada vez más para recibier a viajeros que llegan a la capital catalana a comer las uvas. Estos días han superado el 95% de ocupación hotelera y han llenado miles de apartamentos turísticos. Incluso locales con cenas a 200 y 300 euros estuvieron completos.  

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En Montjuïc, las cuatro torres de Puig i Cadafalch estuvieron muy presentes durante toda la celebración ya que cumplieron la imprescindible función de reloj para dar la bienvenida al nuevo año. Frente a ellas, la soprano Begoña Alberdi cantó algunos versos de Cervantes: los correspondientes a la llegada de Don Quijote a Barcelona. Los Dimonis de Capellades incendiaron el escenario con su fuego mientras la palabra Barcelona iba apareciendo en la oscuridad. El Cor de Cap d’Any ponía el toque joven y Els Perkutes de Canet aportaban el ritmo con su percusión, con el Senyor de la Pedrera como maestro de ceremonias, y ante el entusiasmo del público. El refuerzo policial -con 230 mossos más en toda Catalunya y buena parte de ellos en el despliegue de plaza de España- por el riesgo de terrorismo favoreció que  la noche fuera tranquila en la zona.

TRANSPORTE DURANTE TODA LA NOCHE

Los músicos del metro pocos días del año pueden disfrutar de un público tan entregado como el de esta pasada noche. Por eso, un Elvis en la estación de Espanya optó por ceder ante los deseos de la gente marcándose unos 'Pajaritos' que terminaron cantando decenas de personas a coro. El metro también era una fiesta. La Guardia Urbana se encargaba de ir dejando entrar a la gente por tramos de tiempo, que podían durar más de 10 minutos, pero que evitaban los colapsos. El servicio funcionó ininterrumpidamente, con las frecuencias de cualquier día laborable.

Y es que, después de las campanadas, muchas personas optaron por este medio para dispersarse. Conseguir un taxi también fue un reto poco después de la medianoche, cuando los que cenaron en casa y quisieron salir de marcha tomaron la calle, y lo mismo para regresar. Y hubo ganas de fiesta, vistas las colas para acceder a las a las fiestas organizadas por bares y discotecas. Los relaciones públicas se desplegaban por una Rambla ruidosa para captar a aquellos que todavía no tenían un destino fijo. Mientras algunos optaban por beberse alguna lata en la plaza Reial otros iban a tomarse copas por los bares del entorno.

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Más tranquila estaba la zona alta. Por la calle de Aribau los mayores problemas que se encontraban los responsables de seguridad de los locales eran para controlar las largas colas que se iban sucediendo durante la madrugada. Eso, y explicar por qué a sus discotecas no se podía acceder con deportivas. 

INCIDENCIAS

Muy diferente fue la situación en el eje de ocio del paseo Marítim. Todos sus restaurantes, bares y discos se llenaron hasta la bandera, con un mix de público local y turistas de amplio espectro, incluidos muchos viajeros de alto poder adquisitivo que se alojaron en hoteles como el Arts o el W y luego salieron de fiesta. En el interior, la noche transcurrió con alegría, pero en plena playa pasadas las seis de la mañana se sucedieron varias peleas y trifulcas, al menos una incluso con una navaja. El origen estuvo en los intentos de robo al descuido por parte de grupos de delincuentes que en verano suelen actuar en el litoral. En Nochevieja y con una temperatura que propició instalarse en la arena o el paseo incluso sin abrigo, quisieron hacer el agosto con los turistas despistados o ya embriagados a esas horas. Los que se daban cuenta del acoso se enfrentaban a los chorizos, sin presencia policial visible en la zona. En algunos casos no hubo males mayores porque el personal de seguridad de los negocios de la zona trató de poner orden pacíficamente. 

No obstante, en el balance policial de la noche destacan dos peleas, una en Ciutat Vella entre cuatro personas con un herido grave y otra en Sants-Montjuïc con un detenido por lesiones. En el conjunto de Catalunya hubo 18 arrestos relacionados con la celebración de Fin de Año, según la Conselleria d'Interior. En todo el territorio no hubo accidentes mortales, aunque sí muchos controles de alcoholemia. En puntos de Barcelona se efectuaron 108 tests, con seis positivos.