LAS REPERCUSIONES ECONÓMICAS
'Tax free' en Nou Barris
José Liñán es el administrador de Il Caffè della Piazza, un establecimiento del centro comercial Heron City que ve cómo muchas mañanas algunos turistas se sienten en la terraza de su negocio para desayunar. Son pocos, a lo sumo «el 10% de la clientela», calcula, pero también un público al que conviene mimar. «Desayunan mejor que nosotros. Un zumo, café, tés, bollería...» Un único hotel en la zona
-aunque disponga de 143 habitaciones y 270 plazas- hace que las perspectivas de un tsunami turístico como el de Ciutat Vella o la Barceloneta sea aquí algo que no vislumbre ni el más soñador. Pero los viajeros entran en los comercios como una lluvia fina e intermitente que ha obligado incluso a cambiar algunos hábitos comerciales.
En cualquier otra parte de Nou Barris el dependiente pondría cara de póquer si un día entrara en su tienda un japonés preguntando si dispone de tax free, el sistema que permite descontar a los turistas extracomunitarios los impuestos de sus compras siempre que estas superen los 92 euros. «Nosotros abrimos la tienda hace dos meses y a las dos semanas ya habíamos pedido el tax free», explica la dependienta de un establecimiento de perfumería. El tax free también está a la orden del día en El Corte Inglés que se levanta en el lado opuesto del hotel. El turista sube a la quinta planta y el servicio de atención al cliente le gestiona la exención de impuestos y le entrega una tarjeta en la que se cargan las compras en cada departamento, de forma que paga al final en un solo acto el importe total de la compra, sobre todo «perfumes y ropa», explica una dependienta.
En el barrio de la Sagrera, en el distrito de Sant Andreu, los negocios más próximos al pequeño hotel Laumon, de tres estrellas, también perciben esa lluvia fina. Tan fina a veces que apenas se nota, lamentan. Es el caso de Raúl Martínez, al frente de una cafetería y panadería de la franquicia Iaia 'Nita, en Gran de la Sagrera, que sirve de vez en cuando algún desayuno a clientes del hotel, «sobre todo parejas». El oasis de tranquilidad que forma la bonita plaza porticada de Masadas es otro de los espacios que suelen visitar los huéspedes del hotel. José Luis abrió aquí hace siete años el taller de pintura Campanario, que con el tiempo se transformó también en tienda de bisutería y ropa. Ve pocos turistas pero los que compran suelen llevarse «unas cuatro prendas, cuando la venta normal es la mitad». A la plaza de Masadas no ha llegado el tax free, ni parece que vaya a hacerlo a corto plazo.
Vicenç Gasca. presidente de la Fundació Barcelona Comerç, que representa a los ejes comerciales de barrio, considera un error no fomentar más este tipo de turismo. «Da vida a los barrios, seguridad y trabajo». «Las distancias en Barcelona no son grandes y la ciudad invita a pasear», defiende Gasca, que considera imprescindible promover nuevas rutas por los barrios para esponjar Ciutat Vella y redistribuir los beneficios del turismo.
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