HISTORIA HUMANA TRAS UN PLAN URBANÍSTICO EN NOU BARRIS

El desahucio llama 2 veces

Solo matorrales 8 Espacio en el que se levantaba el piso en el que vivía la familia de Antonio Cuenca, desalojada por el ayuntamiento en el 2007.

Solo matorrales 8 Espacio en el que se levantaba el piso en el que vivía la familia de Antonio Cuenca, desalojada por el ayuntamiento en el 2007.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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Antonio Cuenca es paleta, está a punto de cumplir 56 años y, como tantos en el sector, está en paro. En verano se le acabó el subsidio por desempleo y vive con los poco más de 400 euros que ingresa de la renta mínima de inserción. Viven, para no faltar a la verdad, ya que tiene mujer y tres hijos, dos de los cuales conviven bajo su techo, en un piso de protección oficial en el que se vieron sin buscarlo en el año 2007, cuando el ayuntamiento expropió su vivienda en la zona de bosque de Torre Baró. Y ahora no tienen manera de pagar la hipoteca. «El Gobierno habla mucho de economía sumergida, pero ahora no hay nada. Ni trabajo legal ni ilegal. Antes te podías ir apañando, esa es la verdad, pero ahora no», se sincera Antonio ante los terrenos en los que se levantaba la casa en la que vivía tranquilo y sin ataduras bancarias desde el año 1982, ahora un descampado. «No entiendo por qué nos expropiaron y nos metieron en una hipoteca a 20 años con 50 años como teníamos, total, para no hacer nada con los terrenos. Todo por un PERI que nadie pidió», explica el hombre, quien lo único que pide es trabajo.

Cuenca fue uno de los muchos vecinos enfadados que acudió el pasado lunes a la audiencia pública de Nou Barris para pedir responsabilidades a la administración. «Yo no quería irme. Estaba tan tranquilo en mi casa, más que pagada, y fueron ellos los que me echaron y me metieron en una hipoteca a 20 años que ahora no puedo pagar», cuenta Cuenca, quien no entiende cómo, después de trabajar desde los 12 años «hasta 15 horas diarias», se ve viviendo ahora gracias a la ayuda de su familia. «Mi hija de vez en cuando nos trae una bolsa con comida y mi cuñado nos ayuda económicamente, pero lo que yo quiero es trabajar, vivir tranquilo», precisa el hombre, quien ha trabajado fregando platos en Lloret de Mar, recogiendo manzanas en Lleida, y en la construcción durante  los últimos años.

Dos letras sin pagar

Por el momento, lleva dos letras sin pagar, pero, si nada cambia, se le irán acumulando, ya que le es literalmente imposible asumir su pago. Por si no hubiera suficiente con la perdida del empleo, Cuenca, y el resto de vecinos del bloque de pisos de protección oficial en la calle de Martorelles, donde se realojó a los expropiados por el PERI de Torre Baró tras expropiar sus viviendas en los bosques de Collserola, ha visto cómo, a los cinco años, les retiraban la ayuda que les daba el Ministerio de Fomento para pagar su hipoteca, firmada por una década. «El problema de que esta ayuda la diera Fomento y no el patronato es que ahora todo es burocracia y nos es imposible encontrar respuestas. Unos tiran la pelota al tejado de los otros y los otros a la de los unos, y los que nos quedamos en medio, sin ayudas, somos nosotros», apunta Jesús Barragán, vecino de Cuenca tanto en los bosques de Torre Baró como ahora, en la finca de Martorelles, una moderna edificación con unas placas solares instaladas en el terrado que jamás han funcionado.

El caso de Barragán es algo distinto al de Cuenca, aunque con idénticas consecuencias. Este vivía de alquiler, pagando primero 1.500 pesetas y después, 12 euros. Con la expropiación, se metió en un piso de compra, por el que paga una hipoteca de 444 euros. Tiene 63 años, está parado y cobra 426 euros. «Nos estamos organizando para exigir que nos vuelvan a dar la ayuda», cuenta el vecino.

 

Ayuda compensatoria

 

Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona aseguran que están estudiando a través de la oficina de vivienda de Nou Barris «la mejor fórmula para ayudar a las familias sin recursos a las que el Ministerio de Fomento ha recortado la ayuda pactada para pagar sus viviendas». «Vamos a estar al lado de estas familias», añaden estas fuentes.