La labor de las entidades sociales en tiempos de crisis

Cáritas alerta de que los recortes agravarán la creciente pobreza

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ROSA MARI SANZ
BARCELONA

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Ni rastro de los brotes verdes que algunos auguraron para el pasado año. Solo hace falta echar un vistazo a las cifras de Cáritas de Barcelona para ver que la pobreza no hace más que aumentar desde que la crisis que sacudió la economía en el 2007. Y de manera alarmante. Si entonces esta entidad vinculada a la Iglesia católica atendió a 27.120 personas, el pasado año esa cantidad se dobló y llegó a ser de 56.789 barceloneses, la mitad de ellos, niños y jóvenes, y la mayoría, reincidentes de otros años. Las perspectivas no son esperanzadoras, ya que la entidad alerta de que los tijeretazos agravarán situaciones cada vez más deterioradas de muchas familias.

La responsable de Programas Sociales y Servicios de Cáritas de las diócesis de Barcelona, Sant Feliu y Terrassa, Mercè Darnell, advirtió ayer de que las entidades sociales no pueden ser las que garanticen el estado del bienestar y que los recortes de hoy, que todavía no se han hecho notar, «serán más pobreza y más gasto mañana». «Lo que hoy nos ahorramos lo tendremos que pagar por triplicado o cuadruplicado de aquí a dos años», auguró.

Darnell incidió en la gravedad de que más de la mitad de sus usuarios sean niños y jóvenes, por lo que reclamó ayudas urgentes para erradicar esta pobreza hereditaria. Destacó que durante el último año se ha detectado una tendencia al alza de las personas nacidas en España que llaman a las puertas de Cáritas (ya representan un 36% del total, frente al 20% del 2007), así como de ciudadanos procedentes de África Subsahariana que trabajaban en la agricultura o en la construcción y se han quedado sin recursos.

MALAS PERSPECTIVAS / Y los datos más recientes no hacen vislumbrar la luz al final del túnel. De hecho, según el director de Cáritas de Barcelona, Jordi Roglá, la crisis no está más que en el ecuador de su trayectoria, algo que desde la oenegé comprueban a diario por la intensidad, cuentan, del deterioro que presentan los usuarios. Así, entre los pasados enero y mayo ya han atendido a un 4% más de personas que en el mismo periodo del 2010, siendo el 80% de ellas barceloneses que ya habían recibido ayudas en años anteriores.

Para intentar paliar una de las situaciones más graves que se están dando, la de personas que se ven abocadas a la calle por no poder pagar un alquiler o seguir haciendo frente a un préstamo hipotecario, Roglá anunció ayer que Cáritas pondrá en marcha a partir de septiembre (en sus oficinas de Via Laietana, 5) un servicio de mediación.

A través de este programa, con una duración de al menos dos años, la entidad suministrará asesoramiento jurídico gratuito, efectuará intermediación con las entidades bancarias o los propietarios de las viviendas para evitar desahucios, concederá ayudas directas a las personas que tengan más dificultades y negociará la dación del piso hipotecado a cambio de la condonación de la deuda o de su sustitución por un alquiler. En ese contexto, Roglá reclamó una vez más un «cambio urgente en el derecho hipotecario», así como «la creación de un fondo de rescate para las personas, de la misma manera que se ha hecho con las entidades financieras». Un agravio que consideró «moralmente intolerable, socialmente injusto y éticamente incorrecto».