DIVULGACIÓN DEL PERSONAJE CREADO POR CONAN DOYLE

Elemental, querido Watson

Mostrando su obra 8 El coleccionista Joan Proubasta con dos títeres de Holmes y Watson, el viernes, en la Biblioteca Pública Arús.

Mostrando su obra 8 El coleccionista Joan Proubasta con dos títeres de Holmes y Watson, el viernes, en la Biblioteca Pública Arús.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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A los 13 años, los padres de Joan Proubasta -«apellido único en mi familia», apunta sonriente- le enviaron a estudiar francés a los Alpes. Allí compró -y leyó- el primer libro de Sherlock Holmes, y allí quedó prendado por el más famoso detective de todos los tiempos; hasta el punto de convertirse en el mayor coleccionista sobre este personaje de ficción -reú-

ne desde libros, obviamente, hasta tazas, puzles, pipas, teteras, pósters de películas, jeringas - «Holmes se pinchaba», justifica- y revistas porno donde aparecen modelos con los característicos sombrero, capa y pipa-, colección que Proubasta acaba de ceder a la Biblioteca Pública Arús, «en virtud de la pertenencia de Sir Arthur Conan Doyle [padre de las aventuras del astuto detective inglés] a la masonería y al movimiento espiritista, temáticas en las que la biblioteca está especializada», apunta Proubasta.

«Como sabía idiomas, en la empresa textil en la que trabajaba me mandaban por todo el mundo, y, país al que iba, país que recorría buscando material de Sherlock Holmes», cuenta ilusionado el presidente del Círculo Holmes. Fue en estos viajes en los que logró reunir ejemplares de las 60 aventuras que Conan Doyle escribió con Holmes como protagonista

-las conocidas por los amantes del personaje como «Sagradas escrituras»- en 68 idiomas diferentes, «incluyendo braille y esperanto», puntualiza el coleccionista, quien se muestra «muy agradecido a la Biblioteca Arús y al ayuntamiento [propietario de la misma]», por acoger tan bien su querida colección, a la que ha dedicado la vida.

Entre las piezas más valoradas del tesoro personal de Proubasta, que pronto estarán al alcance de todos los ciudadanos -el acta de cesión precisa que el fondo estará a disposición de los usuarios de la biblioteca, que se compromete a realizar una exposición anual de un mes con parte del material-, hay una primera edición en inglés de El sabueso de los Baskerville, que le dejó en herencia el mayor coleccionista inglés de Holmes.

Cuidado desorden

La sala de la Biblioteca Arús que acogerá la colección, en el ático del señorial edificio del paseo de Sant Joan, presenta ahora el típico y estresante aspecto de toda mudanza. Decenas de cajas (vacías) por el suelo con cartelitos escritos a mano que dan alguna pista sobre su contenido. «El primer día trajimos dos camiones con 172 cajas», explica este amante de coleccionarlo todo, una pasión que le viene de familia. «Mi madre era la reina del coleccionista. Reunía desde etiquetas de ropa hasta tarjetas de hoteles y recordatorios de entierros de gente importante», relata Proubasta, a quien ahora le quedan muchas horas por delante en la biblioteca clasificando sus tesoros.