CONSECUENCIAS DEL ESTRENO

La incógnita de Las Arenas

Coexistencia. 8 Ambiente en la calle de Sants y en Las Arenas a media tarde de ayer.

Coexistencia. 8 Ambiente en la calle de Sants y en Las Arenas a media tarde de ayer.

ROSA MARI SANZ
BARCELONA

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El flamante macrocomplejo Arenas Barcelona tuvo ayer su segunda día de vida con el mismo, o si cabe mayor, furor que en su estreno del viernes. Miles de personas fueron pasando a lo largo de la jornada por la antigua plaza de toros con el principal interés de conocer cómo ha quedado el edificio y, cómo no, para visitar el espectacular mirador que lo corona. Atascos de tráfico, pasillos intransitables, larguísimas colas tanto para acceder a las escaleras mecánicas como a los ascensores y pocas, muy pocas bolsas que hicieran pensar que las tiendas, excepto unos muy concurridos locales de restauración, estén sacando un buen rédito a tantísimo público. A pocos metros, en las calles de Creu Coberta y de Sants, algunos comerciantes miran con recelo al nuevo gigante; otros lo ven como la esperanza que devuelva el esplendor a una zona que va de capa caída en los últimos años.

«Todavía no se puede valorar cómo nos afectará porque ahora es una atracción, pero lo que está claro es que esta zona está muerta desde hace muchos años, solo hay que ver la cantidad de locales cerrados», explicaba ayer Rosa María Celdrán, encargada de una tienda Punto Roma, cadena de ropa que también tiene local en Las Arenas y que estaba bastante animada ayer a mediodía. Y curiosamente, lo decía mientras atendía a una clienta que venía, precisamente, del nuevo centro de la plaza de Espanya. «No he pasado del primer piso. Es muy bonito, pero solo volveré si por aquí no encuentro algo. A mí me gustan las tiendas de toda la vida», contaba esa señora, Magda Bordería.

Compradores esporádicos

A pocos metros de este negocio, Cristina, vendedora de otra tienda de ropa, Punt 1995, reconocía cierta preocupación: «Está claro que traerá gente a la zona, de lo que se trata es de que no sea de paso. Ayer por la tarde [por el viernes] esta calle [Creu Coberta] era un ir y venir constante de gente, pero iba a lo que iba». Aun así, también es de la opinión de que habrá que esperar.

Quien se mostraba claramente confiado era Xavi Gascón, encargado de la tienda de moda TDM, aunque apuntaba que quizá perderían los compradores esporádicos procedentes de las ferias. «Esta zona de Hostafrancs está deprimida comercialmente, no tengo duda de que nos va a favorecer», opinaba.

Una seguridad que no tiene Wendy Newman, vendedora de la tienda de ropa interior Carmen. «Al principio nos hará daño por la novedad, pero confío en que luego todo se normalizará», explicaba no sin cierta vacilación.

Lo que sí han querido dejar claro los gestores de Arenas Barcelona es que han nacido en son de paz con sus vecinos: el centro ya se ha sumado a la histórica asociación de comerciantes de Creu Coberta en un gesto con vocación integradora. Por su parte, desde esta entidad quieren verlo también como una oportunidad, aunque reclaman al ayuntamiento que emprenda la pendiente reforma urbanística que mejoraría el tramo de esta vía más cercano a la plaza de Espa-

nya, donde tanto negocios como fincas han ido deprimiéndose durante los últimos años.