OPERACIÓN CONTRA EL TRÁFICO DE ESTUPEFACIENTES

Los Mossos se incautan del primer alijo de 'khat', la droga de África

Un mosso muestra brotes de khat envueltos en hojas de plátano, ayer en la comisaría de Ciutat Vella.

Un mosso muestra brotes de khat envueltos en hojas de plátano, ayer en la comisaría de Ciutat Vella. / Jordi Barreras

MAYKA NAVARRO
BARCELONA

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Igual que muchos indígenas latinoamericanos mastican hoja de coca, muchos africanos mastican los brotes de khat, un arbusto que crece entre cafetales en parajes montañosos del África oriental y cuyo consumo está penado en algunos países porque contiene dos activos, la catinona y la catina, prohibidos por la ONU. Los Mossos d'Esquadra se han incautado de un importante alijo de khat que tenía como destino Nueva York. Esta es la primera vez que una policía interviene esta droga en España.

Y es la primera vez porque, de momento, no consta que haya consumo en el país. En estados como Yemen -en la península arábiga--, Somalia y Etiopía, donde los intentos oficiales de prohibir su consumo han fracasado, el khat está presente en todos los actos sociales. El consumidor compra manojos envueltos en hojas de plátano para conservar la frescura, arranca uno a uno los brotes, los dobla y los masca horas y horas, mientras segregan sus principios activos.

Con unos efectos secundarios terribles, el khat elimina el cansancio, el hambre y aporta una euforia y autoestima que la han convertido en la droga de los pobres en África.

Los emigrantes africanos residentes en Estados Unidos, Canadá y Alemania son los nuevos consumidores del khat que han disparado el tráfico de esta sustancia. Precisamente a un hotel de Nueva York iban dirigidas las dos cajas con 24 kilos de khat que los Mossos intervinieron al detenido y acusado de tráfico de drogas.

ENVÍOS CADA DOS DÍAS

La investigación se inició en enero cuando el responsable de una empresa de paquetería de El Prat trasladó a los Mossos sus sospechas por un cliente que, cada dos días, enviaba unas cajas a distintas direcciones de Nueva York. La unidad de investigación de la comisaría de los Mossos de Ciutat Vella se hizo cargo del tema e identificó al hombre.

Se trataba de un ciudadano inglés nacido en Nigeria, del que después se supo que llegaba a Barcelona con el khat en el interior del equipaje de mano y después lo enviaba a Nueva York por paquetería para evitar los controles del aeropuerto americano. Los envíos eran cada dos días y el detenido, en prisión provisional, un empleado más de una compleja organización que había elegido Barcelona como central de sus envíos de khat a Estados Unidos.