El Barça rompe relaciones con el Sevilla justo antes del partido

El Barça rompe relaciones con el Sevilla. Esa es la respuesta del club azulgrana la comunicado que había emitido la entidad andaluza este mismo viernes, horas antes de visitar el Estadi Olímpic Lluís Companys. Por el mismo procedimiento, una nota publica, "da por rotas todas las relaciones con la institución sevillista, en tanto en cuanto no rectifique su actual posicionamiento".

El club barcelonista califica de "ataque injustificado" e "impropio" que los dirigentes del Sevilla rechazaran "sentarse en la mesa en la comida institucional" de las directivas y también renunciara a acudir al partido para sentarse en el palco. Joan Laporta lo considera "un desprecio" el gesto del Sevilla, que se produce al día siguiente de que la Guardia Civil accediera al Comité Técnico de Árbitros en busca de documentos sobre el caso Negreira.

A Castro le acompañó una amplia comitiva hasta completar un equipo de once dirigentes y se sentaron en las gradas.

José Castro, en el césped

José Castro, el presidente del Sevilla, subió al estadio. Estuvo varios minutos sobre el césped, junto con Víctor Oltra, el director deportivo del club. Saludó a Jules Koundé brevemente cuando salieron los futbolistas del Barça a calentar mientras Raphinha se fundía en un prolongado abrazo con Oltra: coincidieron en el Leeds United hasta hace dos temporadas, cuando sus caminos se bifurcaron con el fichaje del extremo por el Barça y el del dirigente para sustituir en el cargo a Monchi.

Se sentaron luego en la grada, fuera del palco, como habían adelantado, en un espacio que el Barça les guardó, pese a todo. Habían viajado hasta 11 personas pese a que habían tramado la emisión de esa nota a la que replicó el anfitrión, ofendido.

"Nos sorprende un poco antes de un partido. Cada uno tiene derecho a hacer lo que le parezca", dijo Deco en representación de la junta azulgrana, dejando que mandara la expresividad de la contestación barcelonista lo que predominara. 

Un equipo y una plantilla

Se sentaron luego en la grada, fuera del palco, como habían adelantado, en un espacio que el Barça les guardó, pese a todo. Habían viajado hasta diez personas pese a que habían tramado la emisión de esa nota a la que replicó el anfitrión, ofendido.

A Castro le acompañó una amplia comitiva hasta completar un equipo de once dirigentes. Entre ellos, dos vicepresidentes, José María del Nido y Fernando Carrión, dos consejeros delegados y varios ejecutivos. En el palco se sentó otro equipo. Mayúsculo.

Una plantilla, en realidad: todas las azulgranas que acudieron al Mundial. Abrió el desfile la noruega Ingrid Engen, con muletas, convaleciente aún de la operación en el menisco derecho, y la cerraban las campeonas, que luego accedieron a la zona noble.

Actuación "incongruente"

"El denominado "Caso Negreira" no puede servir de excusa para tales actuaciones ya que el procedimiento judicial se encuentra en una fase de instrucción muy prematura y el posicionamiento del Sevilla FC claramente prejuzga unos hechos que, en ningún caso, y en ninguna de sus preliminares e hipotéticas tipificaciones, están acreditados", reza la nota barcelonista, recordando que la actividad judicial del jueves "no modifica en absoluto la situación fáctica y jurídica del FC Barcelona en el procedimiento".

"La actuación del Sevilla FC además resulta del todo incongruente dado que, por un lado, hace mención a la presunción de inocencia y por el otro niega su ejercicio al FC Barcelona en el procedimiento judicial que se está tramitando actualmente", concluye la nota de la entidad barcelonista que, frente a la posición "inadmisible e injustificada", da por rotas las relaciones con el club hispalense.