ANDA PA'LLÁ BOBO

Laporta mira el dedo en lugar de la Luna

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Hace más de 2.500 años, Confucio, un gran pensador chino procedente de una familia arruinada, comentó que “cuando el sabio señala la Luna; el necio mira el dedo”. Enseñanza: olvidamos lo importante para centrarnos en tonterías. Más: hay personas que se quedan en lo superficial, perdiendo la esencia de las cosas. ¿Más aún?: a veces ocurre que, simplemente, no queremos ver el problema que nos están mostrando (la Luna) y nos aferramos a lo banal (el dedo), buscando cualquier excusa para dilatar el problema o, al menos, eludir el debate, la conversación, sobre el problema.

En las últimas 24 horas, curiosamente, el momento deportivo más triunfal del Barça, cuando está liderando todas las Ligas de todos los deportes profesionales en los que compite, tanto su presidente, Joan Laporta, como su entrenador más importante, Xavi Hernández, han decidido, ante el asombro general pero el visto bueno, tal vez, sin duda, del ‘soci’, de la masa social culé, mirar el dedo en lugar de la Luna.

El presidente hablando de campañas orquestadas, persecución, victimismo, capacidad del poder centralista para acorralar y acabar con el ‘més que un club’, acoso y derribo y, sobre todo, “nos acusan por lo que somos y representamos”, que del auténtico problema: cómo es posible que el club que dice defender los valores del juego limpio, el señorío, “que es una referencia mundial”, no se plantee que su comportamiento en el ‘caso Negreira’, como poco, no ha sido ético. Laporta ni siquiera ha pedido perdón porque alguien que se denomina, que es (¿de verdad sigue siéndolo?), ‘més que un club’, haya tenido, insisto, a lo largo de casi 20 años, un comportamiento lamentable, triste y poco ético.

Sin respuesta alguna

No diré (o sí, ¡que caray!) que los argumentos de Laporta para defenderse, para defender al Barça, para sacarse de encima la crisis reputacional que vive el club y que, sin duda, irá en aumento a lo largo de las próximas semanas porque el discurso del presidente azulgrana ha sido mucho más incendiario que clarificador, sean tan parecidos (lo son, sí) a los utilizados por Xavi para justificar el tercer empate seguido, 270 minutos sin marcar un gol y la pérdida de credibilidad en el juego azulgrana: el empedrado era lamentable, el césped estaba seco, se había dejado crecer hasta el límite autorizado y, encima, hacia sol y nosotros no estamos acostumbrados a jugar con sol.

En serio ¿qué parte de la pregunta del millón de dólares (perdón de los 8.5 millones de euros que acabó costándole la broma al Barça, porque debieron de añadir un millón de Hacienda) no ha entendido, no ha querido, no podía, responder Laporta sobre el ‘caso Negreira’? ¿Por qué pagaron ustedes al segundo de los árbitros? La tesis, repetida mil veces pero no por ello cierta (o creíble) de que Negreira no tenía influencia alguna en los árbitros se cae por su propio peso al dejar de pagarle, justo al día siguiente de abandonar la vicepresidencia de los árbitros. Esa pregunta, por cierto, no la realizó ninguno de los 70 periodistas presentes en la sala. No es crítica, por favor, es constatar que nadie le preguntó que, si no influía, ¿por qué dejan ustedes de pagarle al día siguiente de irse a su casa?

Laporta, por encima de todo, ha hecho populismo, victimismo y se ha dedicado a contentar al 'soci'

Laporta ha hecho un discurso populista, culé, político, muy político, intentando demostrar que el Barça no ha hecho ninguna ilegalidad (eso está por demostrarse, claro), no ha comprado partidos, competición, ni árbitro alguno (de eso se podrían quejar los socios: nos hemos gastado 8.5 millones de euros y, encima, no hemos comprado un solo partido) y, por descontado, el presidente, que ha vuelto a poner por delante su pecho y el de todos sus directivos para parar las balas, ha trabajado, hablado y contestado solo con un objetivo clarísimo: contentar al ‘soci’, que es el único que podría cuestionar todo lo ocurrido, no solo en el Buzón de Avisos de la web, sino con alguna que otra pancarta o pitos en el Camp Nou, el teatro de los sueños del laportismo.

Eso sí, sabedor de que la UEFA, la FIFA, los máximos organismos internacionales que protegen (o deberían proteger) al fútbol, están mirando con detenimiento el ‘caso Negreira’ porque ellos sí creen que el comportamiento del Barça, de todo el Barça, ha sido poco ético y dañino para la imagen del fútbol (en general), ha tratado de meterse a sus presidentes, Aleksander Ceferin y Gianni Infantino, en el bolsillo elogiando que esos mandamases esperen (o eso parece aunque no está muy claro que sea así) el juicio final, definitivo, la decisión de la justicia española, para tomar una decisión y, por tanto, como contrapartida ha buscado dos enemigos locales para marcar, aún más, el papel que ha jugado cada mandamás en el eco más que en la esencia del ‘caso Negreira’, caso, por cierto, que Laporta (en qué estaría pensando yo) llegó a denominar ‘caso Texeira’, el otro lío culé, el de Neymar.

Y para abrazar a Ceferin e Infantino (y para seguir provocando la adhesión del ‘soci’, que está totalmente entregado a la causa de “nos persiguen, nos odian, nos temen, nos quieren hundir y quitarnos la propiedad del Barça”), Laporta ha destrozado, una vez más, a Javier Tebas, presidente de la patronal futbolística, donde el miércoles, se explicará el propio Laporta, en vivo y en directo, y ha añadido (ahí ha estado muy hábil, aunque veremos qué consecuencias acaba teniendo la vomitada sobre el inmaculado e intocable escudo del Real Madrid, conocido el poder interminable, en todos los sentidos, de Florentino Pérez) con unas palabras tremendamente contundentes y despreciativas asegurando que si alguien no puede abrir la boca es el club blanco que, durante 70 años, ha designado a los máximos mandatarios del arbitraje español.

Pacto entre amiguetes

De nuevo mirando el dedo, de nuevo olvidándose de la Luna. No habló, no, Laporta de que el Real Madrid lleva 70 años dominando el arbitraje cuando Florentino le dijo que no firmase con CVC, cuando Florentino le puso en la cola de la Superliga para enfrentarse a la UEFA, cuando Florentino le ofreció la ayuda de sus asesores financieros para negociar las palancas, cuando hicieron causa común contra Tebas….ha hablado contra Florentino cuando el ‘soci’ le ha pedido y exigido que, para defenderse de un injustificable contrato con el número dos del arbitraje, recordase que el Madrid había hecho eso “toda la vida, lo sabemos todos”…..pero sin dejar rastro.

Me temo, de verdad, que, como ocurre en el contencioso Shakira-Piqué, también en este asunto Laporta-Florentino los dos presidentes lo tengan todo, todo, pactado. “Está hablado”, se le llegó a escapar al mandatario culé. “Es la economía, estúpido”, que le dijo Bill Clinton, en 1992, a George H. W. Bush (padre), que estaba mirando el dedo cuando Clinton le hablaba de la Luna.

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