Laporta: "Nos quieren asfixiar económicamente para convertirnos en Sociedad Anónima"

En la Diagonal barcelonesa, en el selecto y exclusivo Círculo Ecuestre, apareció Joan Laporta, el presidente del Barça, para una comida coloquio. Justo el día en que conmemoraba su segundo aniversario en el cargo, disfrutando del dominio del equipo de Xavi en España (ganó la Supercopa, domina la Liga con nueve puntos de renta sobre el Madrid y la ventaja adquirida en el Bernabéu en la semifinal de Copa por 0-1), pero rodeado de problemas de todo tipo, con el club arruinado en lo económico y necesitado de aclarar el caso Negreira, además, de impulsar el nuevo Camp Nou, una obra faraónica, que requiere de un crédito de 1.500 millones de euros en tiempos de miseria.

"Hay una campaña para perjudicar los intereses del club", ha denunciado Laporta en el coloquio moderado por Santi Nolla, director de Mundo Deportivo. "Es una campaña orientada a controlar el club. LaLiga no ha aceptado que el Barça no firmase con CVC, que nos obligaba a vender los derechos de televisión a 50 años. Nosotros encontramos mejores soluciones", ha recordado el dirigente azulgrana, admitiendo que "lo de la Superliga tampoco ayuda".

Esa campaña, según Laporta, solo tiene un objetivo. Controlar el club. "Empezamos a ir bien, hemos salvado el club económicamente y no podemos seguir con las palancas. Lo que estoy viendo es que solo hay noticias negativas y artículos de los que no voy a hablar. Quien tiene interés en controlar el Barça es LaLiga y CVC. Creo que va por aquí. Nosotros defendemos este modelo de propiedad de los socios y socias. Esto es lo que más me motiva", ha dicho insistiendo en que bajo su mandato jamás se convertirá el club en una SAD.

"Hay que defender los intereses del Barça y lo tienen complicado. El Barça no entrará en otro modelo de propiedad. Nos quieren asfixiar económicamente para acabar siendo Sociedad Anónima. Nada es por casualidad. Yo veo intentonas, pero no son suficientemente veraces", ha sentenciado Laporta, quien cumple hoy dos años en el cargo desde que ganó en las elecciones del pasado 7 de marzo del 2021.

"El Barça nunca ha comprado árbitros. Ni ha querido influir. Lo digo rotundamente. Nunca. El Barça no saldrá perjudicado de este caso. En todo caso es víctima"

— Laporta, presidente del Barça

Año dos del capítulo dos. En el primero (2003-2010), Laporta levantó el mejor Barça de la historia simbolizado en el inolvidable equipo de Guardiola. Ahora, intenta reconstruir a una entidad que atraviesa una crisis institucional y reputacional, que no compite en Europa, desbancada de la elite, manchada por el escándalo del pago a Enríquez Negreira, vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), durante 17 años.

"El Barça nunca ha comprado árbitros. Ni ha querido influir. Lo digo rotundamente. Nunca. El Barça no saldrá perjudicado de este caso. En todo caso es víctima. No conozco al vicepresidente del CTA", ha subrayado Laporta justo al mismo tiempo en que se conocía que la fiscalía denunciará al club por corrupción continuada en el deporte por los pagos a Negreira.

La contratación de Limak

Laporta aludió también a la polémica contratación de la empresa turca Limak para la reforma del Camp Nou. Insistió en que todo el proceso se realizó bajo la supervisión de Goldman Sachs y JP Morgan, que las condiciones que impuso fueron muy duras y que la compañía turca "ha aceptado sobre todo las contingencias, el precio es prácticamente el mismo que el de las otras aspirantes (primero cinco, después tres) y se ha comprometido, con penalizaciones, a cumplir los plazos exigidas. Pienso que para ellos -ha añadido- al ser su primera obra en España, están muy motivados".

En ningún caso, Laporta se ha planteado retrasar la ejecución de las obras, que empezarán el 1 de junio. "Forman parte del plan de viabilidad del club". Eso sí, admitió que la temporada que el equipo jugará en Montjuïc "será dura".

El presidente azulgrana ha aludido también en el coloquio al modelo de gobierno de la entidad, "familiar", dijo en una ocasión. Ahora se refirió a un modelo de direcciones "corales" y que seguirá así, sin un director general, hasta que se acaben de tomar las decisiones estratégicas que necesita la entidad. El último, y duró un año, fue Ferran Reverter, quien dimitió en febrero de 2022.