La situación azulgrana

En otra dimensión

Guardiola reinventa el Barça con continuas innovaciones tácticas y potencia aún más el equipo con Cesc y Alexis

Messi, Keita, Mascherano, Alexis, Thiago y Pedro, tras el gol del delantero chileno, el lunes.

Messi, Keita, Mascherano, Alexis, Thiago y Pedro, tras el gol del delantero chileno, el lunes.

MARCOS LÓPEZ / JORDI TIÓ
BARCELONA

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A cada temporada, Pep Guardiola ha reinventado el Barça. Mientras los rivales han ido buscando antídotos para desactivarlo, el técnico ha buscado soluciones nuevas que le han permitido repensar un equipo que no tiene límites. Lo gana todo (12 títulos de 15 posibles, 9 finales de 10 disputadas) y lo inventa todo. A cada temporada, Guardiola ha hallado teclas nuevas, tanto en el aspecto táctico (en nada se parece este Barça al suyo inicial con Messi, Etoo y Henry) como en el anímico -con Cesc y Alexis nadie podrá dormirse en el vestuario-, inyectando recursos en un equipo que evoluciona de manera infinita. El lunes, ante el Villarreal, el Barça entró en otra dimensión. Guardiola fue máscruyffysta que Cruyff, su maestro.

EL MÉTODO

El balón y el caos, la revolución sin fin

No es cuestión de números. Ni de dibujos. Aunque parece sencillo, es algo mucho más complejo. No se limita a emplear un desfasado y apolillado 3-4-3. Ningún equipo del mundo actúa bajo la idea original de Cruyff y mucho menos con solo un defensa puro (Abidal). La base del Barça de Guardiola es ocupar los espacios de forma racional e interpretar el juego, sea cual sea el sistema. Así lo hizo el equipo azulgrana el lunes, de una forma aparentemente caótica. ¿De qué jugaba Thiago? ¿Interior derecho o izquierdo? ¿Y el omnipresente Cesc? A veces estaba en la punta del rombo y, en ocasiones, ejercía de falso delantero centro, compartiendo esa singular tarea con Messi. Dos nuevespor el precio de uno. ¿E Iniesta? Aparecía por la derecha casi al mismo tiempo que transitaba luego por la izquierda.

En medio de un intenso tráfico en el centro del campo, el Barça hizo circular el balón como si fuera el patio de colegio, convirtiendo el césped en un inmenso rondo donde el portero (Valdés) es el primer delantero ¿juega más con los pies que con las manos¿ y Messi (4 balones recuperados), al igual que Alexis (4) y Pedro (2), es el primer defensa.

Un equipo donde los tres de atrás cometen cinco faltas: Abidal (1), Busquets (1) y Mascherano (3). Las mismas, curiosamente, que Keita, un coloso que recuperó 12 balones. Mientras él barría, los bailarines (Iniesta, Thiago, Cesc y Messi) danzaban felices con la pelota en los pies. «En el Bar-

ça no entendemos que alguien no corra o que alguien no sepa pasar la pelota al compañero», recalcó Guardiola. Y así fue. Sin defensas, no encajó un gol. Sin delantero centro, marcó cinco tantos.

LA ESTRELLA

Messi se divierte pasando y marcando

En Wembley, recién conquistada la Liga de Campeones tras un hermoso triunfo sobre el Manchester, Guardiola dejó un mensaje contundente. No pensaba en lo que había ganado su equipo ¿dos Champions en tres años¿ sino en el futuro inmediato. «Leo es el mejor jugador que he visto y el mejor que voy a ver. Es único e irrepetible. Esperemos que Leo no se aburra y el club le dé los jugadores adecuados para rodearle y siga con una vida personal equilibrada». El club entendió el mensaje y Leo, zarandeado por un nuevo fracaso con Argentina (falló en la Copa América), ha vuelto más feliz que nunca. Juega, pasa y marca.

Desde que inició los entrenamientos el 8 de agosto, el Barça ha disputado cinco partidos, incluido el Gamper, y ha marcado 17 goles. En 13 ha participado Messi. No participó en dos por estar en el banquillo y, el lunes, en otros dos porque Thiago anotó el 1-0 y él mismo asistió a Alexis en el 3-0, después de un rondo de 28 pases en el que participó todo el equipo, Valdés incluido. La estrella ha marcado ocho tantos y ha dado cuatro asistencias de gol (una a Villa, otra a Iniesta y dos a Cesc). Messi batió a Diego López con la derecha y luego con la izquierda. Mientras, Pep sonreía.

LA PLANTILLA

Mascherano y Keita, el triunfo de la clase media

«¡No me toquéis a Mascherano ni a Seydou! Son las niñitas de mis ojos, son dos soles». A Guardiola se le iluminó la cara cuando hablaba de esos dos anónimos jugadores en un grupo repleto de estrellas. Tipos abnegados que, según el técnico, dignifican el oficio de futbolista. «El fútbol pertenece a los jugadores», recordó Guardiola, feliz porque la clase media de la plantilla ¿ahí caben desde Mascherano, Abidal y Keita hasta jóvenes que asumen su papel, como Fontàs, incluyendo a secundarios como Adriano, Maxwell, Pinto y Afellay. Resultan esenciales para mantener el equilibrio del grupo.

No es solo un equilibrio en la convivencia del vestuario sino también un equilibrio deportivo. El Barça, por ejemplo, ha jugado dos partidos en tres días y no ha encajado ni un solo gol. El Oporto no pudo batir a Valdés ¿«sin la final de París no sería portero del Bar-

ça», confesó el meta tras igualar el récord de Zubizarreta al sumar 410 partidos¿ ni tampoco el Villarreal se asomó al área azulgrana. En los 180 últimos minutos, el equipo de Guardiola ha mantenido la portería a cero, a pesar de que no tenía a su pareja de centrales titulares ¿Piqué y Puyol están lesionados¿ ni contaba tampoco con Alves ante el Villarreal.

Esos dos «soles» (Mascherano y Keita) han permitido a Guardiola mantener el entramado defensivo del Barça en tiempos de penurias para que las estrellas brillen.

LOS FICHAJES

Cesc y Alexis inyectan talento y competencia

«Cesc salió de acá, ¿no? Y conoce esto de chiquito», recordó Messi cuando le preguntaron por esa conexión tan inmediata como mágica con el exjugador del Arsenal. «Leo es el mejor, con un poco de vista te entiendes», subrayó Cesc. «De 2.000 partidos del Barça y de Messi, he visto 1.998», confesó después el centrocampista. Es normal. Viendo esos 1.998 partidos Cesc se imaginaba estar al lado de la estrella para disfrutar del fútbol como cuando eran niños. Llevan toda la vida juntos, con un largo paréntesis de ocho años de exilio en Inglaterra. «Es una barbaridad jugar aquí», dijo el último fichaje azulgrana.

Que se lo digan a Guardiola, quien insistió hasta el límite para reunir en el centro del campo a Cesc con Thiago (en la primera jornada demostró que pueden jugar juntos) y con Xavi (suplente el lunes) e Iniesta (excelso en su inicio de temporada). Con Cesc tiene varios jugadores en uno solo. Nadie podrá dormirse ni acomodarse. Como sucede con Alexis. En su primer partido en el Camp Nou, y con Villa en el banquillo, ya marcó un gol. «Es la alegría del vestuario. No es fácil venir y jugar en el Camp Nou. Cuando marcó se soltó, ya veréis», dijo Guardiola, seguro de que el veloz delantero chileno dará otra dimensión al ataque del Barça. Para eso los ha fichado. No por lo que eran en el Arsenal y Udinese sino por lo que le darán a un equipo en perpetua renovación.