El Barça va a la suya

El martes fue Arsène Wenger y ayer, una vez más, José Mourinho. Ambos técnicos, más distanciados en las formas que en el fondo, han dejado entrever que el Barça cuenta con la ayuda del colectivo arbitral, y de otros estamentos, ya sea en la Champions o en la Liga. El entrenador del Arsenal se quejó por la expulsión de Van Persie en el Camp Nou. Nada dijo del penalti a Messi ni del gol anulado al argentino en Londres.«Felicita al árbitro»,le soltó a Pep Guardiola antes de encararse con el colegiado suizo Busacca. Mourinho, incansable en su estrategia de acoso y derribo, remató ayer la faena con su discurso cansino:«Las posibilidades de competir no son las mismas para todos porque el calendario no es el mismo para todos».Mientras, en el Camp Nou, hablan pero no contestan. El Barça va a la suya.

Lo cierto es que no debe de ser fácil reprimir el deseo de replicar con contundencia a cada invectiva que llega del exterior. Guardiola lo viene haciendo desde que empezó la temporada, convertido ya en todo un maestro; ayer fue Sandro Rosell quien se mordió la lengua.«No estoy indignado por esos comentarios. Estoy muy feliz por lo que ha hablado Messi en el campo, por lo que habla Iniesta en el campo, por lo que habla Pep haciendo la táctica, por lo que ha hablado nuestro portero parando lo que tenía que parar y, sobre todo, por estar en cuartos de la Liga de Campeones»,dijo el presidente del Barça tras participar en una ponencia sobre el club, junto con Andoni Zubizarreta, director deportivo, en la última jornada del Global Sports Forum (GSF) de Barcelona.

Incomprensión

«No me siento agotado por esta historia porque no estoy por el tema. Solo me fijo en el Barça»,agregó el dirigente, quien sí que expresó su sorpresa por las reiteradas quejas que llegan de Madrid.«La verdad es que no entiendo demasiado los argumentos que se esgrimen»,afirmó Rosell, que apeló al juego limpio por el que es valorado el Barça como modelo a seguir.

Precisamente por eso fue invitado Rosell al GSF, donde definió al Barça como«un sentimiento»para explicar el porqué delMés que un club.«Si no, ¿cómo se entiende que el

Barça tenga más de 180.000 socios y que muchos de ellos paguen sabiendo que será muy difícil asistir al Camp Nou, donde solo caben 98.000 espectadores?», reflexionó.

El presidente valoró la labor solidaria del club a través de la fundación y del peculiar patrocinio del Unicef, mientras que en el aspecto deportivo destacó que en el Barça no vale ganar títulos como sea.«Aquí no se trata solo de conquistar campeonatos, sino, también, cómo se conquistan», dijo en referencia a la apuesta por el fútbol de ataque.«En este club se han ganado ligas y otros campeonatos y los socios no estaban satisfechos porque el juego no era vistoso»,recordó en referencia a los tiempos de Robson y Van Gaal.«Es algo que no sucede en ningún otro club del mundo, pero forma parte de nuestra seña de identidad, de la que nos sentimos orgullosos».

Reducir la Liga

Preguntado por el interés que podría tener una gran liga europea, Rosell fue claro:«No me gustaría. Lo que sí creo que es necesario es reducir la Liga española, con menos equipos y partidos, y aumentar la Champions, pero manteniendo el formato de competición».

Tampoco le gusta a Rosell que al Barça se le dé por campeón.«Siete puntos no son nada. Con los partidos que quedan, pueden pasar muchas cosas. Hasta que las matemáticas no digan lo contrario, no se puede decir nada».