Baloncesto

Las 72 horas más duras de Mirotic y la catarsis que acerca la Liga al Barça

Mirotic, tras el 2-0: "Quiero acabar de la mejor manera"

El Barça se queda a un paso del título de la ACB

Barcelona - Real Madrid

Barcelona - Real Madrid / Quique García

Luis Mendiola

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Para bien o para mal, la figura de Nikola Mirotic es el eje sobre el que han pivotado los dos primeros partidos de la final de la Liga de baloncesto y el hilo argumental al que habrá que recurrir para recordarla con el paso del tiempo. La final se traslada este martes a Madrid, para la disputa del tercer encuentro en el Wizink Center (21 horas, #Vamos) con todo de cara para el equipo de Jasikevicius, que ha hecho valer el factor pista en los dos primeros capítulos y viaja con un 2-0 muy favorable a la capital. Eso le dará tres oportunidades de agarrar el título, la última, en caso de ser necesario, de vuelta en el Palau.

La historia juega a favor de los barcelonistas, que están en condiciones de cerrar la temporada con un título que les redima. Nadie ha sido capaz de revertir un 2-0 en los 16 precedentes en la Liga, aunque los madridistas lo consiguieron en los cuartos de final de la Euroliga frente al Partizan, lo que demuestra que no hay imposibles. “El rival es un equipo con mucho orgullo y mucho carácter que ahora jugará ante su público y nos pondrá las cosas difíciles” afirma Jasikevicius.

A la electricidad y la pasión propia de un clásico, se ha unido el estallido del caso Mirotic para provocar un torbellino de sensaciones en torno a la final de la Liga Endesa. La filtración a TV3 de que el club rescindirá su contrato en cuanto concluya la temporada y la entrevista del deportista unas horas después a Mundo Deportivo para dar sus argumentos abrió una crisis inesperada en el Barça de reproches y acusaciones entre las dos partes, de la que ha salido claramente ganador el jugador. El público del Palau ha tomado partido por Mirotic, como se comprobó en los dos primeros encuentros en la cancha azulgrana.

Respaldo incondicional

Existía el riesgo de que la noticia, que salió a la luz apenas 24 horas antes del inicio de la final, tuviera un impacto muy negativo tanto en el vestuario como en el jugador. Pero el efecto ha sido el contrario. Arropado por sus compañeros y también por el entrenador ("su respuesta en el campo ha sido magnífica, sabe diferenciar las dos cosas”, dijo Jasikevicius), Mirotic también ha encontrado un respaldo incondicional desde la grada tras el anuncio de su marcha, sin que haya pesado el recuerdo de sus malas prestaciones en la Final Four.

El ídolo azulgrana emergió decisivo en el segundo partido (86-85) para sumar 20 puntos y 26 valoración solo en la segunda mitad. El Palau lo despidió puesto en pie y el jugador agradeció desde la pista las muestras de cariño. “Con este amor y este apoyo no les puedo fallar. Esta gente se merece el título. Quiero ganar este título por ellos”, declaró Mirotic, que en el estreno de la final (97-88) también fue una pieza importante (14 puntos, 7 rebotes, 21 de valoración), aunque el triunfo fue más una cuestión coral.

Perfil cercano

Por encima de los argumentos del club, que esgrime para la rescisión la imposibilidad de asumir una ficha de 11 millones brutos en un presupuesto de 40, que deberá recortarse en torno al 25 por ciento, el mensaje del jugador ha logrado calar en la afición, que ha dejado de un lado las diferencias económicas que separan a las dos partes y le ha respaldado porque desde su llegada al Palau se ha mostrado cercano, con un perfil muy humilde y ha conectado con la gente. En los dos partidos de la final ha regalado su camiseta a un niño del público, nunca ha escatimado una fotografía o un autógrafo y en su última entrevista en Barça TV se fue a comer con todos sus trabajadores al saber que el club cerraba la emisora.

Mirotic responde a los aplausos del público del Palau tras el segundo partido de la final

Mirotic responde a los aplausos del público del Palau tras el segundo partido de la final / ACB photo

“Fue fundamental la ovación que recibió en el primer partido. Seguramente si la gente lo hubiera silbado, el resultado habría sido distinto”, aseguran personas cercanas al entorno del jugador, que reconocen que Mirotic ha vivido un proceso catártico en las 72 frenéticas horas vividas desde el instante en el que se filtró su salida hasta el segundo partido de la final.

“Dios me está dando paciencia y tranquilidad y este público me lo están dando todo, con el amor, no les puedo fallar”, dijo el jugador, recurriendo a sus fuertes convicciones religiosas, para hacer entender cómo ha sido capaz de sobreponerse psicológicamente a la presión de vivir en el centro del huracán sin que haya afectado a su rendimiento, hasta erigirse en el protagonista de la final.