El Barça se estrella a las primeras de cambio

L a Copa ya tiene tiene su sorpresa mayúscula en la edición del 2016. El Barça enfiló el camino de casa después de su partido de cuartos frente al Bilbao, superado de principio a fin por el coraje y la fe ciega del equipo de Sito Alonso, que actuó con una determinación encomiable, y ahogado también por su propia impericia  (72-73). Es un batacazo de los azulgranas con mayúsculas, del que le costará levantar cabeza.

     No mereció mejor suerte el Barça que fue incapaz de coger el hilo al primer desafío grande de la temporada. Desde el 2008, el equipo azulgrana no faltaba a la cita de semifinales. No estuvo a la altura como colectivo ni tampoco a nivel individual, con todas las estrellas azulgranas naufragando en el Coliseum de A Coruña. Con Tomic desdibujado como nunca, en la línea de las últimas semanas, con Navarro apagado como pocas veces, con la amyoría de los jugadores muy por debajo del nivel que pueden dar,  y tan solo con aisladas pinceladas de coraje por parte de Oleson, Perperoglou y Ribas, el Barça vivió una carrera contra el reloj en la que se vio incapaz de evitar la tragedia.

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 Los últimos tres segundos reflejaron mejor que nada la imagen de impotencia de los barcelonistas. Con 71-73, después de un triple desesperado de Oleson, el Barça dispuso de 10 segundos para empatar. Tomic recibió una falta antideportiva, lo que le daba una solida opción de lograrlo. Falló uno de sus dos tiros libres (72-73). Y en los 3.2 segundos restantes, con jugada dibujada en la pizarra de Pascual, Doellman fue incapaz de lanzar, ahogado por la defensa bilbaína.

 Mumbrú (12 puntos, 4 rebotes), Hervelle (15 puntos) y el semidesconocido Ruoff (18 puntos, cuando su récord en Liga eran 13) pasarán a la historia de la Copa como los principales verdugos del Barça, pero fue el propio equipo azulgrana el que se puso la soga al cuello, con su mala defensa y con su tremenda espesura en ataque. Como en el 2008, cuando el Bilbao también los superó contra pronóstico en los cuartos de final. Un viaje al peor pasado del equipo en todos los sentidos.

NERVIOS E IMPRECISIÓN

El Barça fue incapaz de reconocerse en los 40 minutos. Ni uno solo de los rasgos que lo han definido esta temporada, su solvencia defensiva o su puntería desde el triple (7 de 22, con pobre 32% ) se reflejó en su puesta en escena. El equipo azulgrana empalideció por el trabajo y la intensidad del Bilbao, que puso todo el empeño en la defensa, y también por su incapacidad para poner en práctica el plan de juego inicial. Hubo nervios en el equipo azulgrana desde la primera acción, imprecisión (13 de 22 tiros libres, un pésimo 59%), manos blandas en la pelea por los rebotes, espesura en la circulación del balón, cortocircuitada por la pizarra de Sito Alonso sin que la rotación de Pascual en busca de soluciones diera resultado.

El Bilbao fue creciendo en confiana durante el partido por el propio libreto de Alonso, que fue cumpliéndose a rajatabla, y también por el protagonismo inesperado de Hervelle, el factor inesperado del estreno de cuartos, que dinamitió el partido con sus 11 puntos y tres triples en el primer cuarto. 

 En lugar de reaccionar, el equipo de Pascual fue deaapareciendo del radar, como le ha ocurrido en demasiados partidos de calado esta temporada.

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