Una actriz de raza

Roser Batalla: «El teatro es un placer, como ir a cenar»

Se considera una heredera afortunada de la pasión que siempre tuvo, y tendrá, su barrio por las artes escénicas en todas sus manifestaciones.

Roser Batalla.

Roser Batalla.

GERMÁN SIERRA
BARCELONA

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Roser Batalla lidia cada noche con una pareja de indeseables amigos enM’agrada molt el que fas(Capitol). Entre función y función hablamos de sus inicios en Sant Andreu, de fogones y escenarios y de los horarios criminales del oficio.

--Su relación con Sant Andreu viene de lejos...

--Sí, primero como escolar, porque me eduqué allí pese a vivir en el Eixample. Teatralmente participé en un interesante proyecto de café-teatro que empezó en el Casal de Sant Andreu y luego pasó al Centre Cívic. La idea era hacer teatro con algo más y lo bautizaron comocarajillos de teatre. La gente venía a ver las obras al bar, actuábamos en ese lugar, rodeados de público mientras los espectadores bebían y picaban algo.

--Intentábais acercar el teatro al público, hacer el espectáculo más visible a la gente del barrio.

--La gente de Sant Andreu siempre ha sido muy teatrera y se ha movido mucho. Justamente por eso, porque había mucha gente con interés, los carajillos tuvieron una larga vida y sirvieron para aglutinar a personas de distintos grupos de teatro o para que le entrara el gusanillo teatral a los indecisos.

--¿Sant Andreu tiene hoy una programación teatral satisfactoria?

--Se ha conseguido tirar adelante el SAT!, que era algo difícil porque a la gente de Barcelona le cuesta desplazarse a los teatros que están alejados del centro. Es difícil hacer funcionar un teatro en un lugar que no viene de paso pero creo que el SAT! lo ha conseguido. Espero que en breve forme parte de la ruta habitual del público.

--¿Faltan teatros o falta público?

--Público potencial existe pero nos atrevemos poco a ir a ver cosas. Yo siempre digo que ir a ver teatro es como comer: tienes que aprender a hacerlo. Por utilizar una metáfora. Si te quedas con la tortilla de patatas, los espaguetis y el pan con tomate será difícil que el día que haya una cata de algo más elaborado o muy diferente te guste o incluso te atrevas a probarlo. Pero si comes de todo, si vas a ver todo el teatro, aprendes y te educas. El teatro tiene que ser un placer, como ir a cenar.

--Está previsto que la antigua Fabra i Coats de Sant Andreu se convierta en un gran laboratorio para artistas de todo el mundo. Habrá que hacer espacio para el teatro.

--Sí, como mínimo habilitar salas de ensayo gratuitas o al menos económicas. Poder disponer de una sala para ensayar es bastante básico. Conozco a mucha gente que ensaya en casa y no en las mejores condiciones.

--Este año se estrena como pregonera de las fiestas de Sant Andreu. Suponemos que el teatro será parte importante de su discurso.

--Sí, me hace mucha gracia y aunque no me guste mucho ese tipo de protagonismo y no se me den demasiado bien los eventos, por Sant Andreu lo hago, no lo dudé un momento. Y el teatro evidentemente estará. Sin duda. Escuela, teatro y amigos. Sant Andreu representa eso para mí.

--Moviendo los focos de Sant Andreu a la Rambla, donde trabaja ahora. ¿Qué diagnóstico hace de la situación del teatro en Barcelona?

--Es evidente que no es la misma de hace unos años pero es un proceso natural. Todas las ciudades que crecen acaban sufriendo los mismos problemas y Barcelona no es ajena a ellos. Mucha gente, poco espacio, relaciones que se tensan y espacios como la Rambla en la que conviven muchas de esas cosas. Con todo, soy optimista, saldremos adelante.

--¿Puede avanzar algún proyecto futuro? Hace un par de años dirigió teatro. ¿Volverá a hacerlo?

--La dirección es algo que siempre ha estado ahí. En la época decarajillosya dirigí aunque no profesionalmente y luego fui ayudante de Jesús Diez en Via Gagarin, pero la experiencia de dirigirUn rourefue la primera realmente profesional. No he cerrado las puertas a volver a montarla pero con un formato diferente, en pequeñas dosis, no cada día. No descartaría empezar otras cosas pero los horarios del teatro son realmente incompatibles con nuevos proyectos.