RODAJE

El rapero El Langui protagoniza una película con gente de la calle

Juan Manuel Montilla, El Langui, ayer.

Juan Manuel Montilla, El Langui, ayer.

IMMA FERNÁNDEZ
BARCELONA

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Un grito de rap --el desgarrador aullido de unos personajes que quieren ser escuchados en una sociedad que los margina-- da inicio aEl truco del manco, primer largometraje del cineasta Santiago Zannou que se rueda estos días en La Catalana, un barrio barcelonés junto a La Mina que será devorado en pocos meses por las grúas del desarrollo.

La película supone asimismo el debut de El Langui, la voz y alma del grupo de hip hop La Excepción, protagonista de una historia de superación que es también la suya propia. Es Cuajo,un joven aquejado de una parálisis parcial que lucha por un sueño: montar un estudio de música. Junto a él, pululan por esta ópera prima otros debutantes salidos de las calles --como Ovono Candela, Javier Iglesias (Gordo), Elio Sagües y un grupo de yonquis colgados a la metadona, llevados al set de rodaje desde el centro cívico donde se tratan. Además actúan Diego Carrasco y La Mala Rodríguez, y los actores, estos sí, Miquel Cors y Alicia Orozco.

Zannou quería un soplo de realidad para su película y buscó el aliento en las calles y en la música.El truco del mancorespira barrio. "Deseaba contar una historia real con gente real. Y la fuerza visceral, esa rabia que tiene el reparto al decir los diálogos, aunque no sean profesionales, no tiene precio", explica el cineasta, realizador de varios videoclips y cortos, entre ellosCara sucia, nominado al Goya en el 2004.

La idea surgió hace más de cuatro años, cuando el director conoció a El Langui en el estudio de su hermano Frank, productor de música. "Pensé que, como le sucedió a mi hermano, a aquel chaval de barrio disminuido también le habría costado mucho llegar hasta allí". Una noche de verano quedaron y se explicaron sus vidas. "Hablamos de mujeres, de dificultades, de gente que había dejado de lado a Juan Manuel, antes de ser El Langui. A partir de ahí empecé a construir unos personajes que tienen cosas de ambos. Es un guión vivo. Yo mismo he experimentado ese mundo de las drogas, las palizas, el racismo...", apunta Zannou, hijo de inmigrantes de Benin y exvecino de Carabanchel que a los 17 años se marchó a buscarse la vida y acabó en Barcelona, donde estudió cine. "Soy el primer director negro del cine español", sostiene.

En la película, El Cuajo (El Langui) trata de convencer a Adolfo (Candela), un mulato con un padre alcohólico, para meterse en el negocio del hip hop. Y en la larga carrera de obstáculos, El Cuajo cae y se levanta una y otra vez --"supera las 30 penas con 40 alegrías", dice El Langui con la voz de la experiencia--, mientras Adolfo se derrumba en manos de las drogas. "No me gusta ir de víctima --explica el rapero--. Pero no ha sido nada fácil. A mi madre le costó mucho hallar un colegio al que pudiera acceder. Y eso no es para reír". En la ficción se resume su lucha: "¿Qué quieres, que acabe vendiendo cupones de la ONCE?", suelta El Cuajo. Pues no.