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Testamento vital: ¿qué es y por qué puedes querer hacerlo?

También conocido como de voluntades anticipadas, solo 6 de cada 1.000 españoles tienen hecho el testamento vital. No obstante, puede ahorrar muchos conflictos una vez nos hayamos ido de este mundo y estaremos dejando constancia de nuestros deseos.

También conocido como de voluntades anticipadas, solo 6 de cada 1.000 españoles tienen hecho el testamento vital. No obstante, puede ahorrar muchos conflictos una vez nos hayamos ido de este mundo y estaremos dejando constancia de nuestros deseos

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Fran Leal

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Debates actuales como el de la eutanasia, aunque sea un tema sobre el que no nos gusta hablar, ponen de relieve la mayor certeza que tenemos como seres humanos. Y, por desgracia, no siempre llega con preaviso. Por ello, y aunque pueda parecer desagradable, no está de más pensar cómo deseamos que se cierre nuestra historia.

El testamento vital, también llamado de voluntades anticipadas, registra cómo queremos ser tratados por los médicos en la recta final o cuando no estemos en condiciones de decidir. Y, según datos de enero de este año publicados por el Ministerio de Sanidad, aún es una práctica residual, pues solo 296.571 personas poseen un testamento vital en España (6 de cada 1.000). Del total, las mujeres son las que más lo han hecho (un 60 por ciento) y, como se podría esperar, más del 50 por ciento son personas de más de 65 años.

No obstante, de la mano de la tecnología ha surgido un proyecto que aborda estos asuntos. Se trata de Thanks for my life, una plataforma gratuita con la que podremos registrar las voluntades anticipadas y aportar otras directrices para dejar todo bien cerrado.

¿Cómo funciona Thanks for my life?

Además de dejar constancia de cuáles son nuestros deseos sobre el trato médico cuando no podamos decidir, desde la plataforma podemos designar a la persona que será nuestro representante legal ante los equipos médicos. Pero esta sección es solo una parte del servicio que ofrece Thanks for my life. 

Tras el registro, tendremos que elegir a un mínimo de tres personas (llamados mis escogidos), que serán los encargados de comunicar a la plataforma el fallecimiento y podrán recibir toda la información.

Una vez seleccionados los escogidos, podremos (porque no son obligatorias) ir completando las diferentes secciones. La referida a voluntades anticipadas ya la hemos comentado, pero existen otras, entre las cuales destacamos las siguientes:

  • Situación financiera. Aquí podremos comunicar cuál es la situación de nuestras finanzas, incluyendo cuentas, seguros, créditos y deudas, planes de pensiones… Esto puede ser muy útil de cara a la aceptación o no de la herencia.
  • Voluntades digitales. Dejaremos constancia de en qué plataformas tenemos presencia y aportando directrices concretas, como cerrar la cuenta al momento, publicar un post o comunicado de despedida...
  • Últimas voluntades. En esta sección tenemos la posibilidad de asignar aquellas pertenencias que, aunque quizás no tengan un alto valor económico, son sentimentalmente muy importantes, como un reloj, un cuadro, una guitarra... Toda esta información podremos ir actualizándola para certificarla ante notario.
  • Mi cuerpo. También podremos dejar constancia de nuestro deseo de ser donante de órganos, donar el cuerpo a la ciencia o si, por el contrario, preferimos ser incinerados.
  • Comunicados. Si queremos, podemos dejar escritos mensajes personalizados que serán enviados en exclusiva a sus destinatarios.

¿Tiene validez legal?

Si hemos hecho todo este proceso, podemos llevar encima todo nuestro perfil para que, si nos ocurre algo, quien nos asista tenga la máxima información posible. Todo gracias a un código QR. “Con el registro se genera un código personalizado, que lleva a una página con información que tú puedes seleccionar previamente o con todo tu perfil”, nos cuenta Estanis Simon, CEO y fundador de Thanks for my life, que señala que se puede llevar en la cartera, en el casco de la moto…

En cuanto a la validez legal de todos nuestros deseos, Simon reconoce que en torno a este asunto hay bastante alegalidad. En el caso de querer donar nuestros órganos u optar por la incineración, asegura que de cara a médicos o servicios funerarios, es suficiente con que conozcan nuestra voluntad los familiares, porque la última decisión siempre va a ser de ellos. “Ahora bien, si existe este documento, será más complicado que se traicione nuestra voluntad, porque los problemas suelen aparecer cuando la gente no sabe muy bien qué hacer", comenta.

Por otra parte, resalta el papel que puede jugar esta información en un proceso judicial. “No se puede asegurar al cien por cien su validez, pero puede ser determinante si se acaba en caso de conflicto en un juzgado”, asevera Simon.

Los datos, a buen recaudo

Según nos explica el fundador, la idea está teniendo muy buena acogida, pero aún cuesta que la gente se registre: “A la gente le da mucho respeto. Es un tema más de poco a poco, aunque ya tenemos personas registradas de cinco países”.

En cuanto a la seguridad de los datos, pone en valor la tecnología blockchain bajo la que funciona la plataforma, “para que todo esté encriptado y nadie pueda tener acceso”. Y deja claro que no se dedican a los datos: “En ningún caso vamos a vender información”, sentencia.

El registro es gratuito y se puede acceder a todas las funcionalidades sin coste alguno. Ahora bien, también existe una opción premium (9,99 euros al año), que incorpora ventajas en los servicios, como incluir video o fotografías en los comunicados e incluso un video que apoye en el testamento...