INVERSIÓN

Invertir en oro: claves para saber si puedes sacarle rentabilidad al joyero

El oro es más que un material que se usa para hacer joyas o bañar objetos: es una materia prima que los inversores utilizan como activo refugio. Es decir, cuando la economía va mal, buscan ahí su salvavidas. El oro acumula una subida de más del 2% desde que comenzó el año. Un avance que hace que el precio de este metal se sitúe por encima de los 1.300 euros en el mercado. 

El oro acumula una subida de más del 2% desde que comenzó el año. Un avance que hace que el metal se sitúe por encima de los 1.300 euros

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Marta Gracia

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Una de las primeras normas para iniciarse en la inversión, tanto en bolsa, como en materias primas o metales preciosos, es tener algo de conocimiento. Lo recomendable es no comenzar a la ligera. Una de las opciones de inversión es el oro. Una buena elección si se tiene en cuenta que organismos y analistas aseguran que la economía está viviendo una desaceleración. Además, auguran un fin de ciclo alcista en los mercados bursátiles. El oro puede ser una opción interesante porque actúa como activo refugio, como inversión tranquila en tiempos convulsos. Estas son las claves para conocer cómo invertir en oro.

Tomás Epeldegui, director de Degussa en España, apunta que lo primero que hay que hacer para invertir en oro es buscar una empresa acreditada para ello. Después tener claro el importe que se quiere invertir: “La teoría de la gestión señala que al oro hay que destinar el 10% del patrimonio invertir”. Asimismo, señala que el oro sirve como diversificación de otras inversiones, pero aclara que también se puede diversificar dentro del mismo oro “nosotros recomendamos diversificar en piezas, dependiendo de la liquidez que queremos”.

Los analistas de Investing.com explican que hay diversas opciones para invertir en oro y que la más habitual es la compra de oro físico, bien en monedas bien en lingotes. Pero también existen CFDs sobre oro, futuros sobre el oro, ETFs, certificados de depósito o fondos de inversión. “La compra de oro físico consiste en comprar el lingote o la moneda y tenerlo tú mismo guardado, mientras que en el resto de opciones compras el activo pero no obtienes el bien, sino que lo utilizas como utilizarías un título en un mercado de renta variable”, explican. Y añaden que lo bueno de la compra real es que está exenta del pago de IVA en el momento de la compra y los costes de compra, a mayor cantidad, son más bajos.

¿Merece la pena invertir en oro?

Los expertos de Investing.com señalan que el oro es un activo menos volátil que otros mercados (sufre menos cambios bruscos de precio), por lo que no deprecia su valor fácilmente y “puede ser entonces una alternativa viable para los inversores menos arriesgados y que quieran preservar su capital en el tiempo”. Además, aseguran que puede aportar rentabilidad y, sobre todo, tranquilidad a los que no quieran sufrir con los vaivenes de la bolsa. No en vano, es un activo muy líquido. “Igualmente, puede ser una buena alternativa para los que quieran diversificar su cartera y tener algo de dinero en diferentes tipos de activos”, comentan desde Investing.com.

Asimismo, explican que el oro es un activo que no se encuentra bajo el control de ningún gobierno, lo que deja menos margen a la manipulación que podría darse, por ejemplo, en el mercado de divisas y lo que hemos visto con las actuaciones de los bancos centrales. Dicho sea de paso, los propios bancos centrales apuestan mucho por invertir en oro, así en un futuro tendrían liquidez si hubiera problemas.

De hecho, el director de Degussa en España explica que el oro comenzó a remontar a remontar en septiembre-octubre, a la vuelta del verano, incentivado por los primeros movimientos del mercado que hubo en el último trimestre. En enero ha estado luchando con la resistencia de los 1.300 dólares y a últimos de enero ha roto esa resistencia. “La semana pasada con la reunión de la Fed que lanzó un mensaje más suave repuntó, pero con los buenos datos de empleo tuvo un pequeño retroceso, aunque fueron agridulces porque el incremento de salarios se quedó en un 0,1%, muy poco si se tiene en cuenta l inflación que es lo que busca la Fed”, explica Tomás Epeldegui.

En lo que llevamos de año se ha revalorizado un 2,42% y el experto en commodities de Investing.com, Barani Krishnan, afirma que podría alcanzar los 1.500 dólares/onza en el primer trimestre de 2019 si la recesión global continúa pesando. “La situación del dólar, pendiente de la Reserva Federal, puede darnos muchas pistas sobre cómo puede seguir evolucionando la materia prima”, puntualiza. Una afirmación con la que están de acuerdo desde Degussa: “Las previsiones con el oro este año son positivas en cuanto a la evolución del oro, por la desaceleración económica y por las incertidumbres de la guerra comercial entre EEUU y China”.

¿Por qué se considera activo refugio?

Desde hace años se ha tildado de valor refugio porque los inversores invierten en oro cuando, por ejemplo, las divisas o la renta variable dan muestras de debilidad. Cuando el dólar baja, el oro suele aumentar su valor. Y ha habido muchas voces durante años recomendando la inversión en oro con el pretexto que era la mejor forma de proteger el capital y alternativa mucho más rentable en momentos de crisis a esconder el dinero debajo del colchón. En los últimos años, la palabra crisis ha sonado muchas veces, de ahí que el oro se haya ganado el sambenito de valor refugio.

Epeldegui explica que los bancos centrales han aumentado sus compras en oro un 74% en 2018 respecto al año anterior. “La gente tiende a invertir en oro para protegerse del chaparrón por las oscilaciones en el mercado”, argumenta y añade que lo que se va buscando es “protección y diversificación de la inversión”.

“Muchos inversores apuestan por el oro cuando la situación macroeconómica empeora”, apuntan desde Investing.com. Tomemos el ejemplo de 2011, cuando marcó un máximo al cierre en los 1.828,50 puntos. En esa época, la situación macroeconómica era sumamente delicada. Inflación, problemas de deuda, exceso de liquidez en Estados Unidos… una situación que benefició ampliamente al metal precioso. O pensemos en la gran crisis de 2008. En ese momento, y hasta 2011, años muy duros a nivel económico, el oro se revalorizó un 98,17%. En épocas de expansión, puede ir de la mano, mientras que en épocas de ralentización puede desmarcarse en sentido contrario.