Carla Barber se despide definitivamente de Togo, su perrito

Ahora está feliz en Ávila, dice. 

Carla Barber en el photocall de un evento en Madrid
Carla Barber en el photocall de un evento en Madrid / GTRES

En muchas ocasiones, los animales demuestran tener más personalidad y apego que muchas personas. Por eso son un miembro más de nuestra familia y, cuando desaparecen (ya sea temporalmente o permanentemente), nos duele tanto como cualquier pérdida humana. Podemos entender, en este sentido, cómo se puede sentir Carla Barber, que ha tenido que dar en adopción a su perrito Togo porque, según ha confesado, no se siente en condiciones de cuidarlo. Vaya...

Togo era uno más en la vida de la que fuera concursante de 'Supervivientes', hasta el punto de que era bastante habitual verle en su perfil de Instagram, ya fuera en fotos o en vídeos. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, los seguidores de la 'influencer' se han dado cuenta de que este no estaba presente y claro, rápidamente se ha generado una oleada de preguntas acerca de su paradero. Esto, sumado a que acaba de ser mamá, ha sido un colapso absoluto del que Carla ha querido hablar alto y claro.

Según ha contado, cuando su hijo nació, tuvo que estar un tiempo ingresado en la UCI neonatal por un problema respiratorio. Tras darle el alta, los médicos le recomendaron "no sacarle a la calle un mes", lo que le ha condicionado la vida por completo. Y es que, como todos sabemos, los animales necesitan salir a la calle varias veces al día, motivo por el que se dio cuenta de que ambas cosas, atender a Togo y al niño, eran incompatibles. Así, pensó que lo mejor sería dejárselo a alguien de confianza durante este tiempo.

Sin embargo, las cosas nunca salen como se plantean previamente y, por eso, todo cambió cuando la exnovia de Diego Matamoros tomó la decisión de darle en adopción por un tiempo indefinido.

Así, ha optado por dejárselo a una familia, que puede atenderle y mimarle tal y como el perro lo precisa: "Ojalá hubiera podido darle a Togo todas las necesidades que requería, pero no voy a poder cuidarlo como lo hacen ellos. Ahora, viéndole en una nueva familia, veo realmente que él necesita unos cuidados que yo no le puedo dar y que ahí está feliz", ha argumentado.

A pesar de que ha sido una decisión muy muy difícil (los que tenemos perretes o gatetes podemos asegurar que no debe ser nada sencillo), la especialista en medicina estética considera que es "la mejor decisión que podía haber tomado" porque ahora el perro está mejor que quiere: "Le sacan a diario por el campo, al aire libre y con un terreno para correr lo que quiera, cosa que en Madrid era inviable. Cuando me lo compré nunca pensé en lo complicado que sería adaptar mi vida a un perro de gran tamaño", ha confesado.

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