Ana Obregón estaba "deseando morirse" hasta que llegó su nieta, la hija de Aless Lequio

Ana Obregón ha contado cómo fue todo el proceso de gestación subrogada y también cómo se sentía hasta que llegó esta niña al mundo. 

Ana Obregón en el entierro de Aless Lequio

Ana Obregón en el entierro de Aless Lequio

/ Daniel Gonzalez

Como todos sabemos, Ana Obregón ha vivido los peores años de su vida desde la muerte de su hijo Aless Lequio. La presentadora entró en un bucle de tristeza del que asegura no haber salido hasta ahora que se ha convertido en abuela por gestación subrogada. Ana ha dado unas declaraciones muy fuertecitas en la entrevista para la revista ¡HOLA!, donde ha asegurado que antes de este nacimiento solo quería morir para reencontrarse con su hijo. Uf.

La actriz se tomó muy enserio las última voluntades de su hijo (entre ellas la de tener hijos) y lo ha conseguido, eso sí, no sin llevarse una buena de críticas por el método que ha utilizado.

Pese a esto, ella ha recalcado que le da igual todo y que nadie puede opinar porque ella ha pasado por un dolor muy grande tras perder a Aless: "Es que esto no se puede poner en duda. Si el testamento y la última voluntad de mi hijo era eso, ¿cómo no lo voy a hacer? Si yo le juré que lo iba a salvar y no pude salvarlo, ¿cómo no voy a hacer lo que él quería que hiciera? Nadie en el mundo puede poner en duda que cuando una madre entierra a su hijo tiene que cumplir su última voluntad. Solo una persona cruel de corazón o una persona que no lo tenga pensaría algo así. Si hay opiniones en contra, yo no aguanto ninguna, ni voy a admitir ninguna. Nada más que la de un padre o una madre que hayan enterrado un hijo. Solo ellos son los que pueden opinar y los que me pueden entender.".

De hecho y como hemos visto varias veces en sus publicaciones de Instagram, Ana pedía poder reencontrarse ya con su hijo, vamos, que no quería vivir o eso daba a entender. Así lo cuenta: En estos tres años me he tenido que enfrentar a la muerte de mi hijo y a la de mis padres y, claro, ya no tenía miedo a nada. Antes de que supiera que venía al mundo Anita, pensaba: 'Bueno, a mí qué me puede pasar, si lo mejor que me puede pasar es que me muera...". O sea, yo estaba deseando, ¿sabes?, no sé cómo explicarte lo que ha sido mi vida. Pero ahora va a ser todo lo contrario. He vuelto a vivir. Tengo una razón para vivir. Yo he trabajado toda mi vida y, gracias a Dios, tengo la suerte de poder dejarla en muy buena situación cuando yo no esté. Y hasta entonces, tengo todo el amor del mundo para darle."

Ahora, Ana asegura que ha vuelto a sonreír y que a partir de ahora se acabó el luto: "Esta niña quería nacer. Se ha adelantado tres semanas y con todo y con eso ha pesado tres kilos y medio. Ya quería venir, madre mía, ella quería venir ya y, desde el cielo, su papá ya quería que estuviera aquí conmigo y que cambiara mis lágrimas de tristeza y de horror por estas lágrimas de alegría. Sí, mi cumpleaños es el 18 de marzo y ella tenía que venir al mundo el 31, pero se adelantó y casi es mi regalo de cumpleaños. Aquel día tuve miles de llamadas felicitándome y hay una cosa muy importante: desde que Aless no está, yo no he vuelto a celebrar mi cumpleaños ni la Navidad ni nada. En Nochebuena me fui a un hotel y me metí ahí, en una habitación yo sola, a cenar de room service, y esas han sido mis Navidades. Pero ahora voy a celebrarlas. Voy a celebrar Papá Noel y los Reyes Magos, mi cumpleaños y todo lo bueno. En estos últimos veranos no he sido capaz ni de bañarme en el mar".

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