El momento más incómodo de 'First Dates': ella quiere cabalgar y él se avergüenza

Siempre decimos que lo que pasa en 'First Dates', ¡os lo contamos! No podías perderte una de las citas más incómodas del programa que nos ha dejado a todas con la boca abierta. Literalmente esto ha sido muy fuerte y la cita ha ido de mal en peor desde el primer minuto en el que ha empezado. ¡Sigue leyendo!

Por mucha ilusión que llevasen por encontrar a su media naranja, la suerte no ha estado de su parte, o es que quizás uno de los invitados sea más exquisito de lo que esperábamos. ¡Vaya formas! La cita nos ha hecho sentir incómodas a todas después de tanto rechazo. ¿Es normal este suceso? Lo que no pase en 'First Dates'...

La cita más incómoda de la historia de 'First Dates'

Los protas de esta historia son Andrés y Tania, dos comensales que llegaban ilusionados a su cita a ciegas. Ambos tenían la misma edad de 37 años y compartían algo que podía haberles unido para siempre: su pasión por la hípica y los caballos. ¿Qué ha podido salir mal entonces? ¡Ojito que vienen curvas!

Parece que Andrés hay algo que no puede pasar en una cita y es que la otra chica sea rubia. Sí, tal y como lees. Las rubias, de pelo largo rizado y ropa brilli brilli son su peor pesadilla. Resulta que Tania cumplía con la combi completa y Andrés se ha puesto un poquito demasiado tenso con el asunto. ¡Muy fuerte!

El rechazo más fuerte de 'First Dates'

Mientras tanto, Tania ya tenía su película a lo 'Spirit' montada en su cabeza, pensando que había encontrado por fin a su vaquero, porque buscaba uno que "me pueda domar a mí un poquito y poder cabalgar juntos", confesó en el programa. Ella tenía las ideas claras, pero más claro lo tenía Andrés... Que no pensaba lo mismo para nada.

De primeras, el comensal creía que su cita tenía "más de 40 años". Ella confesó que una de sus grandes pasiones era cantar: "Siempre me ha gustado cantar", proponiéndole cantarle algo al soltero en plena cena, lo que casi provoca la huida máxima de Andrés. ¡Bomba de humo! "No quiero escuchar a nadie. Me da vergüenza que canten delante de mí. No te levantes, por favor", le suplicaba a Tania.

Parece que el cuento en el que dos domadores de caballos son felices para siempre y cabalgan sobre caballos en prados infinitos... Se ha ido al traste. Si es que de sueños se vive.