tú y yo somos

El regreso de los cainitas

FERRAN MONEGAL

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Hace seis años, a primeros de octubre del 2006, en el programaDolce vita(T-5) contrataron a los hermanosMatamoros(CotoyKiko) para que emulasen el combate bíblico entreCaínyAbel. Lograron una reconstrucción exitosísima, con la particularidad de que ambos hacían deCaín. Ahora, seis años después, los han vuelto a contratar para que repitan la lucha. Si de alguna cosa ha servido este bis ha sido para constatar que el estilo de combate de ambos hermanitos se ha degradado más todavía. Lo de ahora no ha sido ni boxeo, ni lucha grecorromana, ni siquieravaletudo: lo que ahora hemos visto ha sido pura bronca callejera, intentando asesinarse mutuamente a golpes de piedra o adoquín. En la primera velada, la del 2006, dentro de la violencia sanguinolenta y de las vísceras desparramadas por el plató, hubo repuntes de estimable erudición. Los anoté en esta columna, exactamente el 2 de octubre de aquel año:«Coto, echando mano de la mitología griega, comparó a su hermano con el borracho Sileno, hijo de Hermes, y Kiko contestó a Coto evocando a Dickens, diciéndole que era una mala copia de cualquiera de los miserables personajes que salen en Oliver Twist». Ahora, seis años después, la refriega no solo se ha envilecido más sino que la ordinariez, la tosquedad y la chabacanería han sido las grandes protagonistas delshow. Por ejemplo:«Ladrón, drogadicto, enfermo, mangante, tarado, hijo de puta, ¿por qué no te suicidas un ratito?, repugnante, me das asco, límpiate la nariz que la llevas toda blanca, será de lo que te ha caído a ti en el camerino...», y así una hora y cincuenta minutos los cainitas mellizos, dale que te pego, sacándose las tripas.

Al margen del cutre zafarrancho existencial, cabe meditar sobre este túnel del tiempo que la productoraLa fábrica de la tele, y la plataforma Tele 5, han vuelto a reeditar. Es tanta la mugre que durante los últimos 10 o 15 años se les ha ido acumulando en los archivos que podrían pasarse los próximos 10 regurgitando tranquilamente las náuseas que impulsaron la década anterior. De hecho la segunda parte de esteDeluxetambién fue protagonizado por un tema que ya asaron, requemaron, y esparcieron las vísceras años atrás: el deMònica Pont, su padre y el litigio por la custodia de su hijo. O sea, que a la espera del regreso deBelén Estebanpodrían aguantar eructando, tranquilamente, y sin parar, hasta el año 2025.