Tengo una invalidez permanente y absoluta desde junio del 2001. Hace 17 años que padezco el síndrome de Menière (un problema del oído interno que afecta al sentido del equilibrio y la movilidad), y hace 13 que tengo fatiga crónica. Actualmente no puedo andar 400 metros sin tener que detenerme para descansar. Es como estar subiendo una montaña y sufrir falta de oxígeno. Me duele todo. Tengo que hacerme varias pruebas en el Hospital Universitari de Terrassa, a 11,4 kilómetros de Sant Cugat. Dadas las innumerables crisis y el cansancio extremo, no puedo utilizar el transporte público a no ser que corra un grave riesgo, y no tengo a nadie que me acompañe. Hasta ahora no había pedido nunca ayuda, y ahora que la pido resulta que no me la pueden dar debido a los recortes presupuestarios. Debido a la crisis se dan ayudas para la banca, para las entidades financieras, para los empresarios, pero hay recortes en sanidad, educación e investigación. Al parecer, para los trabajadores y pensionistas la crisis no existe; podemos --y debemos-- desplazarnos en taxi de una ciudad a otra¿
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