Levantarme, desayunar, ojear las webs de ofertas laborales de rigor. Ir a ver al asesor municipal para revisar el currículo, afrontar una entrevista de trabajo y 'afilar' mi perfil formativo. Llamar a los amigos por si pueden aportar alguna referencia. Comer. Pasar por la tienda de material donde compran los que conservan su trabajo para darles mis datos. Imprimir mis tarjetas de presentación. Impartir alguna clase particular para que mis ingresos no sean nulos. Paseos por polígonos industriales y centros comerciales¿ Mañana, las bolsas de empleo del instituto donde estudié y de aquel centro donde hice el curso subvencionado. Vuelta a revisar internet en busca de consejos u oportunidades. Hora de cenar. Balance de hoy, positivo: oportunidades creadas y cartas de recomendación recogidas. Desempleado, sí. Parado, no.
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