Estoy tan desconcertada, que no se si seré capaz de transmitir bien mi experiencia. Antes de iniciar el relato, creo que son importantes los antecedentes: pertenezco a una familia que ha intentando educar a mi hija dentro de unos valores de solidaridad. Cooperamos económicamente de manera fija en varias oenegés, y de forma esporádica cuando surge una causa especial que lo requiera. En la actualidad, mi hija tiene 20 años, está estudiando Historia del Arte y ha decidido que sus vacaciones del 2012 sean diferentes: quiere dedicar sus vacaciones al voluntariado. Y aquí empieza el vía crucis y nuestra perplejidad, ya que se ha encontrado en su búsqueda con grandes y pequeñas oenegés que necesitan voluntarios, pero con la condición de que tengan una titulación en concreto. Al ver que en su currículo ella era estudiante de Historia del Arte, la excluyeron, pese a que mi hija estaba dispuesta a ayudar en lo que fuera. Algunas oenegés, al cabo de un mes de haberles enviado un correo electrónico para preguntar por el tema, no se han dignado en contestar. Y hay otras organizaciones que solo la aceptan si va para un periodo de tiempo largo. Quiero dejar constancia de que, seguramente, esto no ocurre en todas las oenegés, pero sí en aquellas con las que nos hemos puesto en contacto. Esta experiencia nos sirve para refutar el tópico de que toda ayuda es buena.
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