Miércoles, 23 de marzo del 2011 Agustí Delgado (Blanes)

El Govern quiere promulgar una nueva ley que será determinante para poder expulsar a los inmigrantes con menos recursos o para impedir el reagrupamiento familiar, ya que se los exigirá el conocimiento del catalán. Si se trata de un ciudadano español, un inmigrante procedente de la UE o un extranjero que ya se haya nacionalizado español, podrá vivir tranquilamente en Catalunya sin decir ni comprender una palabra en catalán (conozco más de un caso), pero si alguien llega de un país extracomunitario y quiere continuar aquí, tendrá que acreditar sus conocimientos lingüísticos para no ser enviado a la miseria o para poder convivir con su familia. Artur Mas asegura que se ha acabado el ¿buenismo¿ que aplicaba el tripartito, y que con esta norma se quitará fuerza y argumentos a los partidos xenófobos y racistas. O sea, que el `president¿ nos está diciendo que esta ley del Govern se encargará de ocupar el espacio de estos partidos extremistas. Esto ya lo hizo José María Aznar en España, y por eso no hay partidos españoles de extrema derecha... Soy un madrileño que llevo más de media vida en Catalunya, y hasta ahora siempre he defendido el conocimiento del catalán. Los jueves por la mañana doy clases de catalán en Cáritas a los inmigrantes, y lo hago con alegría, para animarlos. Pero esta nueva ley me ha puesto de mal humor: ahora tendré que enseñar el catalán para salvar a la gente de ser expulsada. ¿Y esta ley llega impulsada con la colaboración de un socio de Convergència que es un partido cristiano? ¡Qué forma de sacarse el trabajo de encima! En vez de investigar las necesidades de las personas para determinar que puedan continuar viviendo en el país o convivir con sus familiares, se les hace un examen de catalán y listos. ¡Qué manera de degradar la lengua catalana!

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