Lunes, 24 de septiembre del 2012 Núria Vallverdú (Barcelona)

La única explicación que encuentro al ver el programa del Ayuntamiento de la nueva red de autobús de Barcelona es que el alcalde Trias no es uno de sus usuarios. El consistorio presenta unas mejoras que no hemos pedido con su correspondiente inversión, que tampoco hemos aprobado. Todos recordamos las críticas que tuvo la consulta popular para remodelar la Diagonal cuando, después de un largo y costoso proceso, el resultado fue dejar la Diagonal tal y como está. Entonces se hablaba de una sola calle de la ciudad; ahora, sin embargo, se trata de todas las calles de Barcelona, de la red de comunicación que miles de personas cogen diariamente, y aquí no consultan nada por si la respuesta fuera "no gastéis el dinero en esto, que ya nos movemos bastante bien". Es cierto que hay zonas mal comunicadas y recorridos mejorables, pero no creo que eso vaya a suponer cambiar la mayoría de líneas por unas nuevas que obligarán a los usuarios a hacer varios transbordos en cada trayecto. En el tríptico del Ayuntamiento donde se nos informa de este nuevo sistema lo justifican, entre otras cosas, con que el autobús que hace menos giros va más rápido. Cierto. Pero la persona que tiene que cambiar tres veces de autobús para hacer un recorrido dudo que vaya más rápido. Para terminar, la implantación de las cinco primeras líneas supone una inversión de un millón de euros. Si han de implantar 28, son 6 los millones de euros públicos que se destinarán a este despropósito municipal.

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