Lunes, 30 de julio del 2012 Salvador Sánchez Fernández (Premià de Dalt)

En el artículo del 18 de julio del filósofo Manuel Cruz, aparece uno de esos términos en boga y que, como tantos otros, pretende ocultar el verdadero significado de las palabras: 'emprendedor'. Se habla de emprendedores y se les dota de un halo de capacidad, sagacidad, inteligencia, atrevimiento, valentía, personalidad o preparación cuando, como se sugiere en el artículo, se pretende ocultar su verdadera esencia, que es la de aprovechar el trabajo propio (o no) y de otros para obtener no un beneficio social, comunitario o colectivo, sino un mero beneficio mercantil, económico y material. Algo similar sucede con el concepto de 'clase media' que, según algunos, está desapareciendo. ¿No será que nunca existió y que simplemente se trataba de trabajadores bien remunerados o que mantenían un buen nivel de vida gracias al crédito? Durante años han intentado hacernos creer que las diferencias de clase o las clases mismas habían desaparecido, cuando simplemente se las había disfrazado o sustituido con esos términos. Han pretendido hacer ver que emprendedores o clase media, trabajadores o empresarios formaban parte de lo mismo, que tenían los mismos problemas o les afectaban igual las decisiones de los gobiernos. Ahora vemos que el recorte a los funcionarios y los parados y la subida del IVA y del IRPF van en una línea y la rebaja de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social y lo máximo que uno cobrará del FOGASA van en otra bien distinta. No confundamos, mejor seamos claros en estos tiempos oscuros.

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