Hace años, no sabía las alegrías que puede dar un perro. Los veía por la calle, pero no prestaba atención. Circunstancias de la vida hicieron que tuviéramos uno en casa. Ahora dispongo de mucho más tiempo para pasear y he podido darme cuenta de que es el amigo más fiel, como se suele decir. Pero hay que tenerlos para saberlo. Sé que hay personas a las que no les gustan los perros. Veo que algunas te miran mal cuando hacen sus necesidades y esperan a ver tu reacción, si lo recoges, y aun recogiéndolo te reprenden. Y hay incluso quien el malestar de la sociedad se lo hace pagar al más débil, y además cobardemente; si hay quejas, que denuncien, que se lo digan a la cara al dueño, pero nunca hacer lo que le ocurrió a mi perro y otros cinco casos que ha habido en la zona. Vivo en el Poblenou y el pasado domingo paseaba por mi calle con mi perro. No iba suelto, siempre lo llevaba con correa, pero desafortunadamente antes que yo había pasado un descerebrado que había dejado en el suelo unos trozos de salchichas de frankfurt envenenadas, con tan mala suerte que mi perro fue más rápido que yo y se comió una. Enseguida lo llevamos a urgencias porque nos temíamos lo peor y así fue: mi perro moría al día siguiente por envenenamiento, posiblemente con matarratas. Hay que tener en cuenta que esa zona está muy concurrida de niños pequeños jugando, y al lado hay una escuela. Solo hago un llamamiento a padres de niños pequeños y dueños de perros para que tengan mucho cuidado. He llorado mucho por la muerte de mi perro, pero mucho peor sería enterarme de que a un niño le ha ocurrido lo mismo.
Si quiere debatir sobre este tema, escríbanos aquí
Envía una carta del lector, opina sobre la actualidad y haznos llegar testimonios, denuncias y sugerencias para publicar en la edición impresa y en la web.
MOVILIDAD - Alessandro Malfatti (Barcelona)
SERVEIS - Enric Alfonso (Salou)
BARCELONA - José María Mateo (Santa Coloma)
ACTUALIDAD - Pablo Fuentes (Valladolid)
POLÍTICA - Antoni Tort (Barcelona)