Domingo, 4 de mayo del 2014 Cristina Gutiérrez (Santa Maria de Palautordera)

Lucía tiene 5 años y está de colonias. Durante una actividad con un caballo, le dice a su monitora: «Me dan miedo los caballos». La monitora le pregunta: "¿Qué te da miedo?". "La boca", dice Lucñia. "Entoces lo que te da miedo es la boca de los caballos, no los caballos", responde la monitora. Juntas se acercan al caballo y Lucía le toca el lomo . Acaba de enfrentarse a un miedo, y se siente más segura. Esta es una situación cotidiana en la Granja Escuela donde trabajo. Lo que hacemos es concretar los miedos. Porque cuanto más concretas un miedo, más pequeño es y más fácil es superarlo. El miedo es una emoción básica que no podemos evitar, pero lo que sí podemos es elegir nuestra reacción. El miedo es una emoción que crece. Si no hacemos nada, el miedo al caballo crece y acabamos temiendo a los perros, a los animales, a los exámenes... Superar un miedo es una fuente brutal de autoestima.

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