Domingo, 27 de julio del 2014 José Luis Ontiveros (Igualada)

Catalunya, gobernada por CiU con el apoyo de los nacionalistas ERC, CUP, la aquiescencia de ICV y un PSC desa-parecido en luchas fraternales, más parece un chiste malo que un país o una nación. CiU, con su sede embargada por el juez, acosada por casos de corrupción y con dirigentes sospechosos de blanqueo de dinero y de defraudar al fisco. ERC pidiendo la independencia, junto a la de Catalunya, de Valencia, Aragón y Baleares además de alguna zona del sur de Francia. La CUP, que califica al Parlament de 'Matrix' y llama a la desobediencia civil mientras denuncia en el juzgado de guardia a los miembros de sus propias fuerzas de seguridad y orden público. La familia catalana por antonomasia, los Pujol, en el punto de mira de la Fiscalía anticorrupción, con algunos hijos multimillonarios y de gustos caros. Por si fuera poco, aparecen en escena la ANC, con sus informes sobre ejércitos de Playmobil y armadas de cáscara de nuez y el bien remunerado grupo de asesores del 'president', que hoy le dicen que esté tranquilo, que Europa no nos abandonará y España seguirá comprándonos nuestros productos, y mañana que sería conveniente una moneda propia y que debemos boicotear los productos no catalanes. Lo dicho, esta autonosuya ha hecho méritos suficientes para ganarse una página en el añorado 'TBO', junto a Zipi y Zape y los de '13 rue del Percebe', o para ser motivo de un monólogo del 'Club de la Comedia'.

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