Creía que los animales sacrificados por el rito halal solo se comercializaban en establecimientos específicos de clientela mayoritariamente musulmana. Pero resulta que no es así, se puede sacrificar por este método (es decir, sin aturdimiento previo) y distribuir la carne a cualquier comercio, y cada vez más mataderos lo aplican para reducir costes. Creo que hay que hallar un equilibrio entre el sacrificio de animales para la alimentación y su sufrimiento. Por eso, igual que en los huevos se indica si son de gallinas enjauladas o criadas en libertad, habría que indicar si un animal ha sido sacrificado procurando ahorrarle sufrimiento o no. No me atrevo a proponer que el sacrificio halal se restrinja a animales destinados a consumidores musulmanes, pero sí que se identifique de manera clara en el etiquetado el método usado y que el consumidor decida conociendo las consecuencias de su elección.
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