Estoy de acuerdo con todo lo que sirva para mejorar la profesión de docente: sí a extender el uso de las nuevas tecnologías, a mejorar el nivel de determinadas materias, al intercambio de experiencias educativas...; sí a todo lo que signifique un avance. Sin embargo, discrepo con subir la nota de corte para acceder a estos estudios en busca solo de alumnos brillantes. Antes, una de las pocas maneras de acceder al conocimiento era la transmisión de la máxima cantidad de información en la escuela a través de los docentes. Ahora, el acceso al saber está al alcance de todo el mundo a través de internet. Hasta que la LOMCE lo impida, el objetivo de la educación es el logro de las competencias básicas. Yo no quiero que el maestro de mis hijos sea un pozo de sabiduría, con grandes conocimientos del medio, de matemáticas o de plástica. Yo quiero un profesional capaz de formar, explicar, transmitir e ilusionar. Y estas capacidades no las garantiza un expediente académico.
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