No dudé un minuto en aceptar la invitación de unos amigos a pasar el fin de semana en Lleida. Una ciudad que conocía bien hace unos años, pero que me animan a redescubrir desde hace ya un tiempo. Y es que para los que vivimos en Zaragoza, Lleida es un destino de fin de semana perfecto, a un paso en coche y en AVE. Descubro una Lleida mucho más atractiva, con un nuevo pulmón joven y de vanguardia en el Casc Antic que tiene el Mercat del Pla como epicentro, y alrededor del que me encuentro negocios, comercios e intervenciones urbanas que acaban de dar un aire nuevo que faltaba en la ciudad. Ayudan a coger fuerzas el vermut torero y el ambiente de fiesta, que consiguen en conjunto revitalizar una zona tan céntrica y, hasta ahora, tan poco integrada en la vida de la ciudad como la calle de Cavallers. Dejo para el próximo viaje el Flea Market y muchas más cosas para seguir disfrutando de todo lo nuevo, y por supuesto lo de siempre, que Lleida tiene por ofrecer.
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