Sábado, 13 de septiembre del 2014 Pere Bravo (La Garriga)

Los niños ven en los deportistas de élite a sus ídolos; de mayores quisieran ser como ellos. Otros admiran a cantantes, actores, actrices, modelos… En el fondo, sueñan con triunfar en la vida. Esto no es el sueño americano, simplemente es soñar con algo que algunos privilegiados han conseguido y que ellos también querrían. Lo que sí es soñar despierto es querer comer y no poder; intentar ser como el resto de tus amigos, no poder y morirte de la vergüenza. Ellos son conscientes de que si sus ídolos les quisieran de la misma forma que ellos les quieren, les podrían facilitar el camino. Es intolerable que se cierren comedores infantiles y los peques y no tan peques se queden sin comer, es intolerable que vean que les echan con su familia de sus casas y sus ídolos no responden. No estamos hablando de ídolos de ciencia ficción, sino de carne y hueso. No defraudéis a vuestros seguidores porque el palo moral que se pueden llevar los dejará con los ánimos a ras de suelo. ¿Dónde está la solidaridad de este país? España recaudó en el 2012 más de 71.000 millones de euros en IRPF. Si esa cifra se hubiera aumentado un 1% a costa de los contribuyentes y el Estado hubiera aportado otro 1%, estaríamos hablando de más de 1.400 millones, ¿A cuántos niños hubiéramos hecho felices? ¿Cuántos desahucios se hubieran evitado? ¿Cuánta gente hubiera tenido sus necesidades básicas cubiertas? Y a los deportistas de elite, artistas, ministros, presidentes y gente de nóminas desorbitadas ¿tanto les costaría aportar el 2% de su salario para ayudar a la sociedad? La cifra podría llegar a ser bárbara. Con ese dinero se podría crear mucho bienestar y devolver la esperanza a mucha gente. De verdad, si aún les queda un ápice de dignidad y orgullo, actúen, no es tan difícil. 

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