Domingo, 5 de julio del 2015 Àlex Viyuela (Barcelona)

El principal conflicto dentro del ámbito educativo es que es anticuado e ineficaz. Por ello, los estudiantes de Educación Infantil y Primaria agradecemos realizar nuestras prácticas en centros que lleven a cabo su tarea educativa con metodologías innovadoras. Uno de los grandes objetivos educativos es la transformación social, formando personas que sean críticas, constructivas y humanas. Como maestros, no podemos quedarnos con los brazos cruzados porque a un grupo de políticos, que dictan sus leyes sin tener idea de lo que significa el día a día en un aula, no quieran escucharnos. Una de las conclusiones a las que llegué con el proyecto de final de grado es que la profesión de maestro goza de poco privilegio, sobre todo económico. Pero su gran problema es la poca valoración social. Por ello, todo el sector educativo debe dar un paso adelante. Para dar valor a la profesión del maestro es necesario que los docentes, empezando por la Educación Infantil, impliquemos a las familias en el día a día de la escuela. Es necesario que conozcan que sus hijos conviven con personas cuya prioridad no es crear enfermeros, arquitectos, policías o gimnastas, sino educar personas. En el momento en que impliquemos en la escuela a los agentes presentes en la vida del niño y seamos capaces de colaborar juntos por este objetivo común gozaremos de un sistema educativo sano y rico en aprendizajes.

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