Sábado, 15 de junio del 2013 A. M. S. (Barcelona)

Gracias. Confiaba en vosotros y hace tres años compré acciones subordinadas siguiendo vuestro consejo. Gracias por tranquilizarme en varias ocasiones afirmando que mi dinero estaba y seguía siendo seguro. Gracias por llamarme aquella mañana: «No sé cómo decir esto, ni cómo empezar». Gracias por decirme que mis subordinadas se convertían en acciones y que el 13% ya estaba perdido directamente porque era mi aportación a la línea de crédito que Bruselas tuvo a bien facilitarnos en su día. Gracias por meterme en un berenjenal del que no sé si saldré. Tengo 85 años y he perdido todos mis ahorros. Señores de Caja Madrid, su jubilación está garantizada con mi aportación y la de otros miles de españoles. Gracias también por concederle la ayuda de la ley de dependencia a mi esposa hace tres años, que debía empezar a cobrar en el 2013 y que sin embargo, aún no cobra. He tenido que iniciar una batalla judicial que no sé cómo terminará. No sé escribir, un familiar lo está haciendo en mi nombre. Gracias por alegrarme la vida.

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